Quiebre social y solidaridad

AutorMarta Lamas

Tiene razón Zizek: la fragilidad del orden social produce pavor. Y eso es lo que la prensa nos transmite cada día. Hace rato que en México se ha introducido la noción del "desgarramiento del tejido social" en el discurso político. Los desgarros que venimos arrastrando, y que cada día se agudizan y complican más, son exhibidos en la prensa; y las interpretaciones sobre la causa de este quiebre de la socialidad van desde señalar la violencia económica hasta la física: marginalidad, desempleo, corrupción, narcotráfico, impunidad, etcétera. Estas particularidades, elementos indudables de la transformación de la modernidad en el capitalismo tardío, ocurren en todo el mundo. Por eso Gilíes Lipovetsky habla de una "mutación sociológica global" que tiene dos características: una negativa -el proceso de personalización remite a la fractura de la socialización- y una positiva -la elaboración de una sociedad ñexible basada en la información y en la estimulación de las necesidades personales, el sexo y la imagen, que implica el surgimiento simultáneo de un modo de socialización y uno de individualización.

¿Cómo interpretar los recientes saqueos y protestas por el gasolinazo? Como protesta por un quiebre institucional que cada día se nota más y que da pavor. Pero la política no existe sólo ahí afuera, en la forma de autoridades y burocracias, sino que, como señala Bou-rdieu, también vive "aquí dentro", indeleblemente grabada en todos nosotros a través de lo que construimos cognitiva-mente como el mundo social. Nuestra comprensión de "la realidad" está marcada por el lugar social donde nacemos y accedemos a los dictados del poder mucho antes de comprometernos conscientemente con cualquier acto político. La adhesión al orden existente opera no sólo a través de las ideas y las convicciones ideológicas, sino fundamentalmente de la "naturalización" del mundo social, de su inscripción en los cuerpos y los objetos a través del acuerdo callado e invisible entre las estructuras sociales y las estructuras mentales. Los seres humanos respondemos a las formas predominantes en la vida social, que en la actualidad son el individualismo y el narcisismo, y los rasgos universales de la experiencia humana son moldeados por las particularidades de nuestra cultura. Sin embargo el fenómeno del "desgarramiento del tejido social" está cada vez más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR