Puta feminista

AutorMarta Lamas

FUERTSA se propone enfrentar las posiciones que estigmatizan, penalizan y criminalizan el trabajo sexual, al mismo tiempo que desea fomentar la promoción, protección y garantía de los derechos humanos y laborales de lxs trabajadorxs sexuales.

Desde el lunes 5 de junio soy integrante de FUERTSA.

Puta feminista es también el título del libro autobiográfico de Georgina Orellano. En una entrevista con Daniel Hopenhayn, en enero de este año, ella explica que el hecho de que las trabajadoras sexuales empezaran a ver con buenos ojos al feminismo implicó todo un proceso. Relata que cuando comenzaron a reivindicar sus derechos laborales, las feministas abolicionistas descalificaron sus testimonios. Orellano dice "Cuando contábamos por qué habíamos elegido el trabajo sexual frente a otros trabajos por los cuales hemos pasado, se producía una fuerte discusión en la que nuestra voz todo el tiempo era deslegitimada". Por eso muchas compañeras vieron a las feministas como sus enemigas mientras otras pensaban: "Si eso es el feminismo, nosotras no somos feministas". Sin embargo, Orellano encontró que había feministas con otras posturas, y también que había muchas personas y organizaciones que coincidían y apoyaban su lucha. Y entonces surgió la idea de conformar una amplia alianza con todas ellas: FUERTSA.

En Argentina, en 2012, se modificó la ley que penaliza la trata de personas con una redacción que elimina la posibilidad de consentir los servicios sexuales. La ley anterior en Argentina, del año 2008, diferenciaba el trabajo sexual autónomo de la trata. La modificación posterior fue consecuencia de un juicio muy emblemático que hubo en el país, por el caso de Marita Verón, una joven tucumana secuestrada por tratantes. Los imputados fueron ab-sueltos por falta de pruebas y eso generó tal indignación social, que para apaciguar ese reclamo Cristina Fernández llamó a endurecer la ley sobre trata de personas. Aunque lxs trabajadorxs sexuales plantearon que era importante dejar establecido que en el trabajo voluntario hay consentimiento, por el clima generalizado de repudio debido al caso de Marita Verón se incluyó la absurda redacción de que nunca existe consentimiento. La consecuencia es que hoy, para el Estado, todo es trata de personas. En la actualidad muchos diputados y diputadas reconocen que no imaginaron las consecuencias...

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