Puesta en escena presidencial

AutorGloria Reza, Daniel Lizárraga

GUADALAJARA, JAL.- El presidente Felipe Calderón supervisó personalmente, junto con el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, el operativo militar que culminó con la muerte de Ignacio Coronel Villarreal, una de las cabezas del narcotráfico en México.

Desde las primeras horas del jueves 29 Calderón supo que el Ejército llevaría a cabo lo que llaman “un operativo quirúrgico” para aprehender a Nacho Coronel en una de sus casas de seguridad en Colinas de San Javier, una de las zonas más ricas de Jalisco.

No obstante, el mandatario no canceló su gira de trabajo por Guadalajara programada para esa tarde. Por el contrario, llegó a la Quinta Región Militar de Jalisco sabiendo que Coronel ya estaba muerto y, desafiante, se movió sólo por tierra en medio de un operativo que incluyó dos helicópteros artillados y al menos seis vehículos con ametralladoras calibre 50.

Desde la mañana del 29 hubo movimientos inusuales en distintos puntos de Guadalajara. Afuera de las instalaciones de la XV Zona Militar se veían tanquetas en posición de defensa, cuando antes sólo las vigilaba un par de soldados. En la avenida Aviación –una de las arterias más importantes en los alrededores de la base aérea en donde aterrizaría Calderón– aparecieron más vehículos artillados del Ejército. En las calles se sentía que algo estaba sucediendo.

De acuerdo con la agenda oficial entregada a los medios una noche antes, Felipe Calderón debió despegar a las cinco de la tarde rumbo a Guadalajara. Sin embargo hubo un retraso de alrededor de 25 minutos en el hangar presidencial sobre el cual no hubo explicación.

Cuando la comitiva despegó en el avión TP-01, el operativo militar tenía cuatro horas y media de haber arrancado y en los portales de internet ya se manejaban versiones extraoficiales sobre la posible captura de Nacho Coronel. La Presidencia no los desmintió. La nueva coordinadora de Comunicación Social, Alejandra Sota, permaneció en Los Pinos.

Tras aterrizar en Guadalajara a las 18:15 horas, Calderón y su comitiva abordaron camionetas blindadas que circularon a no menos de 120 kilómetros por hora en la avenida Vallarta, uno de los accesos más importantes a la capital de Jalisco. Tradicionalmente las caravanas presidenciales en gira no viajan a más de 80 kilómetros por hora.

En el trayecto al centro de exhibiciones Expo Guadalajara cada uno de los puentes peatonales por los que pasó la caravana –alrededor de siete– estaban ocupados por soldados encapuchados...

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