En la PF, puerta abierta a delincuentes

AutorAlvaro Delgado

Si en el gobierno de Felipe Calderón la Policía Federal estuvo marcada por los excesos de Genaro García Luna, su creador, en el de Enrique Peña Nieto las cosas no están mejor. La razón: El comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, se rodeó de La Hermandad, un grupo de mandos policiacos de la Ciudad de México que han permanecido unidos por la corrupción y las complicidades.

La Hermandad es encabezada por Darío Chacón Montejo, quien fue subsecretario de Operación Policial de Seguridad Pública en el Distrito Federal con Mondragón y Kalb como secretario, quien lo nombró coordinador de Restablecimiento del Orden Público (CROP) de la Policía Federal, que concentra a la mayoría de los 38 mil agentes de esta corporación.

Chacón, quien apenas terminó la secundaria y ambiciona asumir la jefatura de la División de Fuerzas Federales que ahora encabeza el general Salvador Ca-macho Aguirre, tiene como sus brazos operativos a otros dos miembros de La Hermandad.

Uno es el jefe de Operaciones de la CROP, Tereso Beltrán Pineda, teniente desertor del Ejército que ha sido sancionado seis veces como servidor público -con multas e inhabilitaciones- y quien reprobó el examen de control de confianza, uno de los mil 600 agentes que no fueron capaces de aprobarlo.

El otro es José Luis Sánchez Cortés, director general de Traslados y Apoyo Penitenciario, un exfuncionario de reclusorios del Distrito Federal que tiene acusaciones por corrupción, arbitrariedad y nepotismo.

A partir de esta tríada de viejos policías ha habido un masivo advenimiento de miembros de La Hermandad a la estructura de la Policía Federal, lo que ha implicado no sólo el alza de la corrupción y de las arbitrariedades contra el personal y la ciudadanía, sino también el desplazamiento de mandos militares que construyeron la corporación.

Por lo menos 130 militares han sido dados de baja como mandos de la Policía Federal, entre ellos generales, coroneles, mayores, capitanes y tenientes de las diferentes armas -incluidos de la Fuerza Aérea-, quienes han sido sustituidos por policías de La Hermandad, con menor preparación académica, experiencia y adiestramiento.

Conforme a documentos de quejas que se han hecho llegar a la Secretaría de Gobernación, de los que Proceso tiene copia, el nombramiento de mandos de La Hermandad ha implicado también el fin de la carrera policial, si bien con García Luna tampoco se materializó, porque predomina la discrecionalidad para asignar mandos a familiares, amigos, compadres y a cambio inclusive de favores sexuales.

Además del lucro con la gasolina y el mantenimiento de los vehículos, en la Policía Federal todo se vende: cargos, ascensos, uniformes, el examen para aprobar el control de confianza, la desaparición de expedientes de corrupción e indisciplina.

Igualmente, de acuerdo con los documentos aludidos, se ha institucionalizado ya el "entre", como se denomina a la cuota que deben entregar los subordinados a sus jefes y que explica el auge de las extorsiones a ciudadanos y transportistas, como ha documentado inclusive el responsable de Asuntos Internos, Edgardo Flores Campbell.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, presuntamente tiene conocimiento de lo que ocurre en la Policía Federal, porque el responsable de la División de Investigación de la corporación, Damián Canales Mena, dirigió la Policía de Hidalgo y conoce La Hermandad, porque fue jefe de la Policía Judicial del Distrito Federal en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR