El proyecto para remodelar el Zócalo, detenido

Luego de que en enero pasado Miguel Ángel Mancera, titular del Gobierno del Distrito Federal anunciara que el Zócalo capitalino sería objeto de una remodelación, diversos intelectuales como el arquitecto Fernando González Gortázar, la exsecretaria de Desarrollo Social en el gobierno del Distrito Federal (1997-2000). Clara Ju-sidman, y el exdirector del Instituto Nacional de Antropología e Historia Sergio Raul Arroyo, coincidieron -cada quien por su lado- en que tocar la plaza es una cuestión de consenso técnico y sobre todo de respeto a su esencia como espacio de expresión.

Primero fue la Plaza Seminario al costado de la catedral metropolitana, en estos momentos es objeto de remodelación, y sigue el Zócalo capitalino, sobre el cual Mancera ordenó un proyecto ejecutivo a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), así como a la Autoridad del Espacio Público (AEP), con la idea de colocar áreas verdes y convertirlo en una prioridad para el peatón, mismo que tendría que estar concluido este año.

"He pedido que me preparen un proyecto de reparación y rediseño de la plancha del Zócalo, Me parece fundamental que tenga una nueva cara, una nueva imagen, es una zona emblemática, y que se pueda disfrutar por toda la gente", dijo.

Sin embargo, no es la primera vez que el Gobierno del D.F. quiere intervenir el Zócalo: en 1998 en el periodo de Cuauhté-moc Cárdenas (1997-1999) convocó a un gran concurso que resultó en tres proyectos ganadores presentados en el primavera de 1999, los de los arquitectos Cecilia Cortés Contreras, Alberto Kalach y Teodoro González de León.

En agosto de ese año, se publicó en estas páginas una amplia entrevista con la investigadora reforestal Silvia Loera, quien explicó que colocar jardineras movibles en la plaza "sería una farsa y un gasto inútil" (Proceso 1137).

"Para que fuere posible devolver al Zócalo su aspecto de área jardinada, habría que empezar por mejorar su subsuelo formado por relleno de cascajo y desperdicios de construcción. El subsuelo natural o 'virgen' del antiguo casco de la Ciudad de México -así también desde Tepeyac hasta Xochimilco-, es totalmente salobre, por lo tanto pobre y muy delgado", explicó.

Los proyectos de los arquitectos citados coincidían en que para la rehabilitación del Zócalo habría que quitar las rejas del atrio de la Catedral (Proceso, 1171), lo que generó polémica en su momento.

En respuesta al anuncio de Mancera, el arquitecto Fernando González Gortázar escribió, el pasado 18 de abril, una carta abierta a Mancera, cuyo último párrafo resume su posición:

"Señor Jefe de Gobierno, si se quiere tocar un sitio tan sobrecargado de historia, de valores urbanos, de significado simbólico, y del profundo afecto de todos nosotros, sin duda el espacio público más importante de la nación, esto no puede hacerse sin convocar para ello a las mentes más brillantes en las diversas disciplinas que se involucran.

No es posible anunciar tan a la ligera que la plaza del Zócalo estará jardinada: ¿cómo se llegó a esa conclusión? No creo que la opción deba desecharse a prio-ri pero, a reserva de conocer los detalles de la solución que se proponga, esto...

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