...y protegido de los militares

AutorJorge Carrasco Araizaga

Ayudante del general Marcelino García Barragán cuando éste encabezó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y colaborador de su hijo Javier García Paniagua en la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), Acosta Chaparro fue a despedir a quien, igual que él, estuvo señalado como protector del jefe del cártel de Juárez, el extinto Amado Carrillo Fuentes.

Javier García Morales, de 53 años, murió el martes 6 asesinado por desconocidos, como muchos otros integrantes de la DFS, el organismo de seguridad del PRI al que perteneció y que fue disuelto en 1985 por el entonces presidente Miguel de la Madrid, cuando ese aparato había pasado de la persecución y represión política a la colaboración plena con el narcotráfico.

El propio Acosta Chaparro sufrió un atentado en mayo del año pasado, cuando fue baleado por desconocidos en la Ciudad de México en momentos en que investigaba el secuestro del exsenador panista Diego Fernández de Cevallos. Ya había participado en varias operaciones encubiertas para el gobierno de Felipe Calderón en temas relacionados con el narcotráfico ( Proceso 1768 y 1779).

Acosta Chaparro conoció a García Morales desde que éste era niño. De 1964 a 1970, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, fue ayudante del general Marcelino García Barragán en la Sedena, donde atestiguó la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968.

A principios de los setenta, en la presidencia de Luis Echeverría, Acosta Chaparro se integró a la Brigada Blanca, grupo integrado por militares, miembros de la DFS y policías judiciales del Distrito Federal y del Estado de México. Esa agrupación paramilitar se dedicó al aniquilamiento de la guerrilla en México. Uno de sus principales lugares de operación fue Guerrero, donde Acosta Chaparro participó, en 1974, en la liberación del candidato a gobernador Rubén Figueroa, secuestrado por Lucio Cabañas.

Red de relaciones

La llegada de Javier García Paniagua a la DFS es recordada por el coronel retirado y fundador del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen, sucesor de la DFS), Jorge Carrillo Olea, como resultado de la “frivolidad de la época” y de la influencia que cultivó gracias a su padre: “Era un prepotente que avaló cuanto hacían los agentes y comandantes de la DFS. La usó a plenitud”.

Carrillo Olea dice sobre García Paniagua: “Llegó a la DFS por una recomendación de Margarita López Portillo, la hermana del entonces presidente, a raíz de un secuestro fallido contra ella unos meses...

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