De la propaganda a la protesta

AutorJohn M. Ackerman

La primera mitad de la campaña de Peña Nieto siguió el mismo guión que la del Estado de México: un grosero despliegue de propaganda, docenas de actos masivos llenos de acarreados y un enorme derroche de dinero para comprar votos, apoyos y lealtades. Pero de repente, en el día 43 de la campaña, todo cambió. Los jóvenes de la Universidad Iberoamericana dieron una gran lección de valentía, participación y memoria histórica. Evidenciaron que el candidato del PRI no cuenta con el respaldo social que dice tener y que los jóvenes mexicanos están dispuestos a ocupar su lugar en la historia.

La protesta de la Ibero ha detonado una oleada de otras manifestaciones. En los días siguientes Peña fue recibido con expresiones de rechazo juvenil en Saltillo, Coahuila, y Córdoba, Veracruz. Su aliado Gabriel Qua-dri también tuvo que sufrir embates estudiantiles en las principales universidades públicas de Querétaro y de Nuevo León. Para este sábado 19 de mayo se programó tanto una marcha anti-Peña Nieto en el centro de la Ciudad de México como una cadena humana que busca enlazar las principales escuelas privadas del país en un proyecto común en contra del regreso del PRI a los Pinos. Las redes sociales se han convertido en un enorme hervidero de mensajes críticos hacia Peña Nieto.

No existe antecedente alguno en las últimas décadas de reclamos sociales tan airados y auténticos hacia un candidato presidencial. El asesinato de Luis Donaldo Colosio en plena campaña presidencial en 1994 no respondía a un repudio social, sino a un evidente rejuego de intereses oscuros. En 2006, los ataques a Andrés Manuel López Obrador no provinieron del pueblo, sino de las altas esferas del poder mediático y empresarial.

Al encontrar su camino hacia Los Pinos obstaculizado por miles de jóvenes dignos y pensantes, los priistas han evidenciado su verdadera naturaleza al reaccionar con enojo, intolerancia y represión. Lanzan amenazas por las redes sociales y mandan golpeadores para "despejar el camino" a su candidato durante sus giras. Se derrumba la imagen de un PRI supuestamente moderno y responsable que traería orden, paz y progreso al país.

También se cae en pedazos la ideología conformista "clasemediera" que se busca imponer desde las cúpulas del poder a la población mexicana. Resulta que el con-sumismo individualista y el olvido histórico promovido por la Iniciativa México (IM) y sus intelectuales orgánicos ni siquiera han logrado convencer a aquellos jóvenes que, por tener...

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