El Programa Sectorial, ajeno a la nueva realidad

AutorJudith Amador Tello

Se esperaba que el Programa Sectorial de Cultura (PSC) 2020-2024 del gobierno, publicado en el Diario Oficial de la Federación el viernes 3 de julio, sorprendiera por sus propuestas e innovación o por darle a la cultura el papel fundamental que un nuevo proyecto de nación requiere.

Lejos de eso, para los especialistas en políticas culturales Luis Adrián Vargas Santiago, Ana Garduño, Jorge Bravo, Alejandro Sandoval Ávila y Graciela de la Torre, no deja de ser -como los de sexenios anteriores- una carta de buenas intenciones: Su viabilidad y ejecución no quedan claras.

Se trata, en resumen, de un documento lleno de carencias en el que no se consideró la nueva realidad del país, motivada por la pandemia.

Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y cofunda-dor de la plataforma Aura, Vargas sitúa al texto en la retórica misma de la Secretaría de Cultura (SC), a cargo de Alejandra Frausto:

"El problema es que esa retórica está falta de aterrizajes concretos y acciones. Si fuera cierto que la cultura se halla al centro del proyecto social del gobierno mexicano y que es un derecho humano, como nos vienen diciendo, el proyecto federal tendría presupuestos mucho más robustos."

Además, "habría respuestas concretas y de largo plazo para rescatar a las comunidades creativas de México frente a la crisis económica agudizada por la pandemia".

Tras cuestionar la tardía presentación del PSC (se esperaba desde enero pasado, según la Ley de Planeación), abunda sobre los presupuestos y muestra que México no cumple con el 1% mínimo del PIB recomendado por los estándares internacionales. Sólo invierte 0.07%, y "es ahí cuando los planes de la SC se vuelven mera retórica" con el riesgo de caer en "falsas promesas" y "proyectos irreales".

Ejemplifica:

Se habla de que las comunidades más vulnerables tengan acceso a los servicios culturales del Estado y de que la mayoría de la población ejerza su derecho a la cultura. Así se establece en el Plan Nacional de Desarrollo. Sin embargo, cómo sostener esto en la práctica cuando el único proyecto de cultura donde hay dinero (mil 668 mdp) y que ha sido definido como prioritario por el presidente, en abril de este año, es centralista.

Se refiere al Proyecto del Bosque de Chapultepec y el Centro Cultural Los Pinos, resumido en apenas un párrafo en el Programa pues, según Frausto, será presentado en forma particular. Ello le parece incongruente y con mensajes equívocos:

¿Por qué apostarle el mayor presupuesto cultural a un proyecto en la Ciudad de México y no a uno que descentralice la cultura?, ¿por qué lo lidera un artista como Gabriel Orozco, que no tiene credenciales para hacer un proyecto de urbanismo e integración social de esta magnitud? Y el tercer mensaje es de justicia social: Orozco está donando su trabajo por ser un artista millonario que no necesita ser pagado por esto... El presidente nos está diciendo que los artistas deben donar su trabajo, que a los artistas no se les paga.

Tras recordar que los pabellones de la Biodiversidad y de Arte Contemporáneo del Bosque han sido muy debatidos, cuestiona su pertinencia:

"¿Por qué lo necesitamos cuando México está en una profunda crisis económica, sanitaria y social, donde las comunidades culturales son de las más afectadas en términos de seguridad social y precariedad económica? Hay temas más urgentes de atender. Más que los nuevos complejos...

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