Presentación

Páginas7-9
Andamios 7
PRESENTACIÓN
Por décadas las teorías feministas parecieron tener signif‌icados no
ambiguos y estables: representaban el cuestionamiento a la organización
de la sociedad y a los modos de dar cuenta de ella en la cultura, en
la producción intelectual y en el terreno político. En realidad, no ha bía
estabilid ad sin o pos icion es div ersas sobr e pare s aún p roble mátic os
—igualdad/diferencia, constructivismo/esencialismo— que el encuentro
con lo postcolonial convirtió en verdaderas brechas al incorporar a
los debates, las texturas, experiencias y resistencias de las mujeres del
mundo colonizado.
A su vez, también fue inestable el signif‌icado de lo postcolonial.
Desde su aparición el término ha asumido distintos contenidos, ha
implicado el f‌inal de la empresa colonial tanto como las luchas políticas
y sociales más actuales. Sin embargo, más relevante que dicha referencia
epocal ha sido la crítica epistemológica: la toma de conciencia, en primer
lugar, de que la producción del conocimiento había sido por décadas
funcional al proyecto colonial-imperial; en segundo, de que contribuyó
a la deshumanización y a la subalternización de los colonizados y, en
tercero, de que todo lo anterior mantendría su vigencia mientras no
se sometieran a rigurosa crítica las maneras hegemónicas heredadas
de enunciar, conocer y seleccionar fuentes y metodologías.
Ambas tradiciones tenían mucho que decir de la subalternidad y el
encuentro fue fructífero. Feminismo y postcolonialismo coinciden en
af‌irmar que la representación y el lenguaje son cruciales en la forma-
ción identitaria y en la construcción de subjetividad. Para ambos, el
lenguaje ha sido el vehículo para subvertir tanto el poder imperial como
el patriarcal, develando, mediante la deconstrucción, la manera en que
la producción discursiva de los “otros” produce sujetos de dominación.
Tal es el caso de la crítica que desde la intersección entre feminismo
y colonialismo se ha hecho a los proyectos nacionales androcéntricos
que son, como todo nacionalismo, profundamente generizados y por
lo tanto generadores de mecanismos para disciplinar y controlar los
cuerpos.
Sin embargo, no todo fue armonioso. La crítica y la práctica fe-
ministas obligaron a los estudios postcoloniales a enfrentar su propia
Volumen 8, número 17, septiembre-diciembre, 2011, pp. 7-9

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