Presentación

AutorAdrián Espinosa Barrios y Alfredo Robles Zamora
CargoProfesor Investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México/Academia de Administración y Humanidades/Unidad Profesional de Energía y Movilidad en el Instituto Politécnico Nacional, México
Páginas11-26
11
Andamios
Volumen 21, número 54, enero-abril de 2024, pp. 11-26
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v21i54.1057
Presentación
La mente más allá de la representación: las
múltiples caras de la cognición corporizada y las
teorías de las 4E
Adrián Espinosa Barrios*
Alfredo Robles Zamora**
Durante la segunda mitad del siglo XX, las disciplinas que investigaron los
fenómenos mentales se caracterizaron por asumir una serie de supuestos
internistas, representacionistas y dualistas basados en los fundamentos ex-
plicativos del funcionalismo computacional y en el surgimiento de nuevas
técnicas de investigación neuronal. Con la intención de corregir y aumentar
el potencial explicativo de la psicología conductista, la ciencia cognitiva fun-
damentó sus supuestos en el auge de las teorías de la cibernética, la teoría
de sistemas y la teoría evolutiva neodarwinista. A este programa de inves-
tigación se le conoce como la perspectiva representacionista, cognitivista o
computacional de la cognición (Vélez, 2008).
Una de las principales motivaciones para el surgimiento de la ciencia
cognitiva a mediados del siglo XX fue que no existía una ciencia de la
mente humana la cual permitiera sintetizar, comprender y explicar cómo
los fenómenos neurofisiológicos posibilitan las facultades cognitivas de
nuestra especie, tales como la memoria, el lenguaje, el aprendizaje, etcétera.
El fundamento de esta ciencia de la mente se encontró en la denominada
analogía computacional, la cual parte del supuesto de que las facultades y
procesos mentales pueden ser modelados, explicados y predichos en térmi-
* Profesor Investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo
electrónico: adrian.espinosa@uacm.edu.mx
** Academia de Administración y Humanidades/Unidad Profesional de Energía y Movilidad
en el Instituto Politécnico Nacional, México. Correo electrónico: jroblesz@ipn.mx
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Adrián Espinosa Barrios y Alfredo Robles Zamora
nos de transmisión de información. Se consideró que, así como una com-
putadora puede procesar información a partir de un software que le permite
decodificar, codificar y transmitir una respuesta por medio de una serie de
reglas (o algoritmos), la mente humana también cuenta con dispositivos
especializados en procesar diferentes tipos de información para emitir una
respuesta conductual acorde con la entrada de información (Putnam, 1963,
1967a, 1967b, 1975).
Una vez que se contó con un modelo formal para explicar la transmi-
sión de información en términos de entrada, estados internos del sistema y
salida, la ciencia computacional buscó generar aplicaciones en el desarrollo
de software especializado en diferentes tareas, lo cual también inspiró los
objetivos de la ciencia cognitiva computacional (Newell y Herbert, 1976).
En primer lugar, se buscó identificar los dispositivos o módulos cerebrales
que, se consideró, fueron seleccionados evolutivamente para procesar un
tipo de información especial y que, por medio de los procesos aferentes y
eferentes del sistema nervioso, permitía al hardware o al cuerpo, generar las
respuestas conductuales adecuadas. En segundo lugar, un supuesto clave
de la ciencia cognitiva computacional fue postular a las representaciones
mentales como la unidad de análisis empírica y conceptual más “adecuada”
para explicar el software de la mente humana (Thagard, 2010).
A pesar de que la analogía computacional buscaba fundamentar la in-
vestigación de la mente humana en un piso común, basado en supuestos
conceptuales y empíricos contrastables, lo cierto es que el marco conceptual
que generó asumió una serie de problemas epistemológicos y ontológicos
que han sido constantemente señalados. Entre estos problemas se encuen-
tran: (I) el supuesto que asume que las representaciones mentales son
entidades epistemológicamente necesarias para cualquier explicación de lo
mental; (II) derivado del anterior, la necesidad de reducir las explicaciones
mentales a procesos internos o neuronales, de los cuales se asume que el
comportamiento es el resultado, lo que implica que cualquier otra varia-
ble contextual -corporal, ecológica, social- será ignorada; (III) la asunción
acrítica, a través de la idea de múltiple realización implícita en la metáfora
computacional, de la visión dualista que separa ontológicamente la mente
y el cuerpo, creando así, el problema de una brecha explicativa que hay
necesidad de resolver; (IV) la asunción de que la esencia de la mente radica
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v21i54.1057

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