Prefiere jugar con los dientes apretados

AutorRoberto Zamarripa

Lleva al entrenamiento hasta cinco iPads, graba con dos cámaras los partidos de local y corrige a los jugadores con videos que lleva en sus tabletas o celulares. Así es el estilo de trabajo de Matías Almeyda, el nuevo entrenador de las Chivas.

Almeyda tiene una trayectoria de cimas y hundimientos. Fue campeón con River Plate (en Argentina y la Libertadores) y con la Lazio, en la Serie A, y mundialista en 1998 y 2002.

Cuando emigró a Europa escogió al Sevilla y no al Real Madrid, que le ofrecía un gran contrato. Descendió con los andaluces y con el River cuando regresó, a los 36 años, tras pasar por depresión y alcoholismo.

"Prefiero al jugador que aprieta los dientes antes que el que se baja por un dolorcito; puedes dejar todo y ser un desastre adentro de la cancha, pero correr, esforzarte, todo eso no puede faltar", dice Almeyda en su biografía "Alma y Vida", escrita por el periodista Diego Borinsky.

Toma un antidepresivo antes de dormir y cuando se levanta, un ansiolítico. "Las llamo las pastillas de la bondad, me hacen ser más bueno cada día", confiesa.

La depresión lo sacó de las canchas cuatro años y agudizó su alcoholismo. Marcado por una dura infancia de carencias, Almeyda tenía ataques de pánico que lo llevaron al hospital. A los 36, medicado, se rehizo.

Descendió con el River siendo expulsado en el juego...

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