Prefacio
| Autor | Charles-Jean Bonnin |
| Páginas | 167-167 |
PREFACIO
Ya se publicaron dos obras sobre Administración: una del Sr. Portiez,
Profesor Director de la escuela de París, y la otra del Sr. Fleurigeon, jefe
del Ministerio del Interior.
El Sr. Portiez, en su obra intitulada: Cours de législation administrative
[Curso de legislación administrativa], cuyo primer volumen acaba de pre-
sentar, siguió un método de doctrina en el que incluye al hombre desde su
nacimiento hasta su muerte, haciéndolo pasar por todas las relaciones que
puede tener con la Administración mientras existe. No considero que se-
mejante método pueda convenir al orden que debe presidir la redacción de
un Código. Si le sirvió en la enseñanza de las Leyes administrativas, que
se dio durante dos años, y cuya interrupción este año debemos lamentar,
no conviene para el lenguaje de las Leyes. Además, tiene el inconveniente
de dar demasiada importancia a las teorías sistemáticas; y, aunque sea
muy cierto que el hombre, desde el momento en que nace hasta el momen-
to en que deja de vivir, se encuentra bajo el dominio de la Administración,
este método es más seductor y más ingenioso que exacto en Legislación: por
ello el Autor se vio obligado a abordar en él las Leyes que no pertenecen al
orden administrativo. Tampoco marca la diferencia que existe entre las
Leyes administrativas y las Leyes civiles, a las que podría asimismo ser
aplicable desde una infinidad de puntos de vista.
El Sr. Fleurigeon, en su muy voluminosa Obra intitulada falsamente:
Code administratif [Código administrativo], publicada hace ya varios
años, habría prestado más servicio si no hubiera incluido en su libro mate-
rias que le son totalmente ajenas, y si no hubiera seguido el orden alfabé-
tico, lo que lo obligó a dividir las materias, a volver varias veces a las mis-
mas, lo que da a su Obra, en la que además se encuentran muy buenas
cosas por consultar, la forma de un diccionario, sin que tenga completa-
mente ese mérito y esa utilidad.
Pero estas dos obras compendian una multitud de materias y de princi-
pios que podrán consultar quienes se encargarán de la redacción del
Código, y que facilitarán mucho su trabajo. Sus laboriosos Autores reunie-
ron en ellas muchas disposiciones y decisiones dispersas y como perdidas,
que sólo encontrarán reunidas ahí.
Al publicar algunas ideas sobre un Código administrativo, no tengo la
pretensión de haber resuelto el problema; sólo quise indicar el orden legis-
lativo que considero el mejor,hacer sentir la importancia y la necesidad de
un Código para la Administración y la enseñanza, y enunciar algunos
conocimientos sobre esta parte de las Leyes.
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