José Luis Prado Maillard / Una Constitución para Europa

AutorJosé Luis Prado Maillard

El proyecto presentado por la Convención Europea el 13 de junio de este año es un evento mayor, como el sucedido hace 216 años, cuando la Constitución norteamericana de 1787 fue promulgada después de intensos debates, que podemos leer en el "Federalista".

La Convención Europea es creada en febrero del 2002 con el objetivo de redactar un proyecto de constitución por el acuerdo de sus 105 miembros, bajo la dirección del ex Presidente francés Valery Giscard D'Estaing, buscando adaptar a Europa al nuevo contexto mundial.

Su propósito fue logrado no sin dificultad. En los intensos trabajos se tomaron diversas declaraciones como la de Laeken, la Carta de los Derechos Fundamentales y el Tratado de Niza, donde se manifestaron la necesidad de una reestructuración de las instituciones europeas, su acercamiento con los ciudadanos, así como la conveniencia de ocupar un rol de primer plano en el nuevo orden planetario.

Lo substancial de estos debates podemos encontrarlo en "Las Crónicas de la Convención Europea", redactada por el eurodiputado socialista y miembro de la comisión, Olivier Duhamel, donde observamos las dificultades que este proceso ha encontrado.

Dificultades tales como la reconfiguración de la Unión Europea pasando de 15 a 25 miembros y próximamente a 30; la complejidad de una multiplicidad de lenguas; de un mosaico de culturas; de una variedad de religiones. Dichas dificultades han sido debatidas en el curso de un año, mismas que supieron ser conciliadas por la Convención en su proyecto de constitución.

En el plano institucional encontramos algunas innovaciones como el fin de la presidencia rotatoria cada seis meses de la Unión Europea, se propone que el presidente sea electo por el Consejo Europeo a la mayoría calificada por un periodo de dos años y medio.

La creación de un Ministro del Exterior de la UE, nombrado de igual manera; la Comisión Europea (el equivalente al gobierno) sería restringida a partir del 2009 a únicamente 15 miembros con derecho de voto, cuyo presidente sería electo a proposición del Consejo Europeo por la mayoría absoluta del Parlamento Europeo, quien tendrá que tomar en cuenta la mayoría en el Parlamento.

Otra innovación es la ampliación de los poderes del Parlamento Europeo, incrementado su influencia en la toma de decisiones que conciernen a la justicia y a los asuntos internos de la Unión. Asimismo, el Parlamento tendrá la última palabra en materia de presupuesto europeo.

Una cuestión de funcionalidad que...

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