En contra de la política climática

Fecha de publicación27 Octubre 2023
Gabriel Quadri de la Torre

Por Gabriel Quadri de la Torre

Casi todos quieren, en principio, salvar al mundo del calentamiento global. De hecho, una mayoría piensa que es una amenaza existencial. Pero nadie quiere pagar por ello. Nadie acepta renunciar a camionetas monstruosas (y de pésimo gusto), que, aunque sean híbridas o eléctricas, consumen cantidades gigantescas de recursos y plantean graves riesgos climáticos y ambientales. Tampoco, nadie quiere reducir su consumo de carne de res, cuya producción representa casi el 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y contribuye masivamente a la deforestación. Nadie, está dispuesto a pagar más por la gasolina – a través de un Carbon Tax – y, al contrario, políticos de toda laya buscan y prometen más subsidios y precios bajos (“no a los gasolinazos”), lo cual retrasa la electrificación, y es un incentivo perverso para favorecer el uso de combustibles fósiles en el transporte automotor. Se subsidian empresas petroleras estatales, como en México, donde el gobierno despilfarra más de 20 mil millones de dólares en una nueva refinería, que nunca será amortizada, ante el aplauso y aquiescencia de la población. Los populistas recortan impuestos a los combustibles fósiles o aumentan los subsidios. En el mundo, los gobiernos prodigan anualmente subsidios por más de 400 mil millones de dólares a los combustibles fósiles. En México, el gobierno del presidente López ha entregado “incentivos”, apoyos y subsidios por casi 2 billones de pesos a PEMEX y al IEPS a las gasolinas. Los populistas saben que la ciudadanía quiere gasolinas baratas. Gobiernos inducen la deforestación, prodigando subvenciones a ganaderos y agricultores – que representan un poderoso lobby y grupo de interés – quienes destruyen bosques y selvas para ampliar la frontera agropecuaria, lo que contribuye fuertemente a las emisiones de CO2, elimina capacidades de su captura en ecosistemas forestales, y extermina la biodiversidad; también se oponen a la creación de nuevas Áreas Naturales Protegidas. Gobiernos, como el de México, promueven la generación de electricidad con combustibles fósiles, y bloquean proyectos y centrales privadas de energía limpia, para favorecer a empresas estatales (CFE). Otros, cancelan plantas nucleares por razones ideológicas, como hizo el gobierno de Merkel en Alemania, aunque esto haya implicado entregar a Rusia la soberanía energética alemana, y aumentar la generación eléctrica con carbón. Vecinos...

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