Degradación policiaca

AutorGloria Leticia Díaz y Raúl Monge

Integrada por 4 mil 200 elementos, la Policía Judicial del Distrito Federal (PJDF) ha perdido eficacia en sus tareas durante los últimos meses y la mayor parte de sus agentes carece de formación profesional, pues se ha formado en la práctica, lo que hace inminente el desmantelamiento de la corporación.

De ese conjunto, sólo 750 uniformados provienen del Instituto de Formación Profesional (IFP), poco más de 300 son remanentes de agrupaciones y grupos especiales que ya desaparecieron, como la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el Servicio Secreto (SS) y la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), que en los setenta y los ochenta se encargaron de reprimir los brotes de descontento social.

Este año han sido consignados penalmente alrededor de un centenar de comandantes y policías de la corporación; otros han sido destituidos o enfrentaron cargos por delitos relacionados con narcotráfico, secuestro, homicidio, tortura, extorsión, robo, abuso de autoridad y evasión de reos, entre otros ilícitos.

Y los escándalos que exhiben a ese cuerpo policiaco van en aumento. El 2 de septiembre último, por ejemplo, la Policía Federal (PF) informó sobre la detención de tres judiciales capitalinos: Víctor Guillermo Servín Morales El Panda, Fernando Israel Gallego Hernández El Bronce, y José Guzmán Valeriano El Gato.

Se les acusó de presuntos vínculos con una red de protección institucional controlada por los hermanos Beltrán Leyva que opera en la zona metropolitana de la Ciudad de México y de pertenecer a las bandas de secuestradores Los Tiras y Los Pe-triciolet. La primera está relacionada con el secuestro de Laura Zapata y Ernestina Sodi; la segunda, con los plagios y asesinatos de los adolescentes Fernando Martí y Antonio Equihua, según la PF.

Servín Morales era miembro del área de escoltas; Gallego Hernández se desempeñaba como jefe de la coordinación territorial en la delegación Benito Juárez y formaba parte del grupo antisecuestros, mientras que Guzmán Valeriano llevaba más de un año como jefe de escoltas de la subprocuradora de Procesos, Martha Laura Almaraz.

Gallego Hernández y Almaraz, a su vez, formaban parte del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI), un cuerpo especial que fue activado en esta administración capitalina por Miguel Amelio Gómez, el primero de los titulares que ha tenido la PJDF durante la gestión de Marcelo Ebrard Casaubon como jefe de gobierno.

El caso Servín Morales resulta interesante. En 2005 su nombre apareció en dos investigaciones por secuestro. Salió limpio. Pero al año siguiente fue castigado por utilizar patrullas y armas de cargo en sus días de descanso y en 2008 estuvo dos meses arraigado por su presunta participación en el secuestro de Zapata y Sodi, que ocurrió en septiembre de 2002.

A pesar de que la denuncia la hizo el propio j efe de la banda de Los Tiras, a la que se le atribuyen más de 20 secuestros, Servín Morales siguió en activo hasta el 2 de septiembre pasado, cuando fue detenido de manera accidental por elementos de la PF junto con dos de sus...

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