Plaza Pública/ Los Pinos no es Versalles

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Al ingeniero Carlos Rojas Magnon confió el candidato Vicente Fox establecer contacto con los altos mandos del Ejército. Lo hizo de modo casual, como suele actuar el hoy titular del Ejecutivo. Tal vez formuló la misma pregunta a varias personas (¿conoces a algún General?) y sólo Rojas Magnon contestó afirmativamente. Recibió, por lo tanto, la encomienda de trabar contacto con los Generales que podrían ser Secretarios de la Defensa. Les advirtió, como Fox había pedido, que de no haber comunicación con ellos, ese ministerio podría ser encargado a un civil.

La anécdota (narrada en Asalto al palacio, por Guillermo H. Cantú) enseña la proximidad de Rojas Magnon y Fox, circunstancia que da importancia especial al despido del primero. Al practicar, con el patrocinio de sus socios, la "distracción patriótica" que le permitió caminar al lado del candidato presidencial panista, Rojas Magnon se ocupó de administrar la campaña, y de realizar el gasto de los dineros que eran provistos por Lino Korrodi. Ambos recibieron, del equipo de Zedillo la administración de la casa presidencial. Y Rojas Magnon se ocupó de ella directamente a partir de diciembre pasado. Lo hizo de modo desaprensivo, desdeñoso o ignorante de las normas, acaso confiado en demasía en terceros (algunos heredados del Gobierno anterior) y quizá ocupado en la intriga palaciega, un mal del poder que ni siquiera en la inauguración de la democracia parece erradicable.

Apareció en público el martes 19 por la noche. Esa mañana el diario Milenio había difundido una información que la reportera Anabel Hernández encontró en Compranet, el portal de la Contraloría federal donde se enlistan las adquisiciones gubernamentales. Están allí porque de ellas dan cuenta los encargados de compras de cada dependencia. De modo que resultó extraño que Rojas Magnon desmintiera la información que presuntamente había salido de su oficina. Negó que se hubieran adquirido toallas que cuestan más de cuatro mil pesos cada una, tal como se había subrayado en el reporte periodístico. Aceptó, en cambio, que se adquirieron 87 toallas en 34 mil pesos, y 19 sábanas en 39 mil pesos, todo para un total de cinco recámaras en las dos casas en que viven, cada uno por su lado, el Presidente y su hija Ana Cristina.

Reforma ya había anticipado una irregularidad que no se examinó todavía. La remodelación de la residencial presidencial habría sido hecha gratuitamente, dijo Rojas Magnon, por una empresa constructora, movidos sus dueños...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR