Pintura emergente: Rodrigo Ramírez

AutorBlanca González Rosas

Ajeno a las simplistas y repetitivas tendencias promovidas en los escenarios comerciales e institucionales -como en la XV Bienal Tamayo-, Rodrigo Ramírez ha optado por una investigación formal que se sustenta en la solidez teórica, se fortalece con la gestión autónoma y se difunde gracias a la solidaridad del escultor Sebastián (Chihuahua, México, 1947). Constituida en 1997 por el prestigiado y controvertido artista, la Fundación Sebastián ha apoyado, desde 2011, la exposición de propuestas emergentes provenientes de los alumnos del pintor Ulises García Poncede León.

Organizadas por la pintora emergente Valentina Olmedo, las exhibiciones se han convertido en una acertada -aun cuando no siempre exitosa- alternativa ante las imposiciones tribales y extranjerizantes de los museos gubernamentales.

Integrante del grupo de alumnos formados por García Ponce de León, Rodrigo Ramírez destaca por su problema-tización del lenguaje pictórico. Admirador de la teatralidad de las estéticas manierista y barroca -principalmente Tintoretto y Tiepolo-, Ramírez construye cada imagen como un escenario que transmuta el espacio moderno racional, plano y sin profundidad, en una espaciali-dad vertiginosa que se relaciona con la percepción corporal y emotiva del espectador.

En el contexto narrativo, las nubes son el detonante visual y temático que inicia la construcción dibujística y cromática de la espacialidad. Concebidas como formas carentes de materia, las nubes, al igual que el color, se...

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