Picasso en el Palacio de Bellas Artes

AutorBlanca González Rosas

Diseñada curatorialmente con base en las imágenes que, sobre la cotidianidad del artista, realizó el fotógrafo estadunidense David Douglas de 1956 a 1962 en la Villa La Californie en Cannes, Francia, la exposición integra numerosas fotografías y algunas piezas que si bien abarcan todos los géneros que trabajó Picasso -pintura, dibujo, litografía, cerámica, carteles y escultura-, destacan por su insignificancia. Como excepción, es necesario mencionar la presencia del óleo La cabeza de 1957, las terracotas hexagonales con escenas de tauromaquia de 1959, y las versiones escultóricas de El loco (1905), La cabra (1950-52), La mona y su cría (1950) y la Cabeza de toro (1942-1943).

Desde la perspectiva curatorial, lo primero que destaca es la indiferencia o simplificación de uno de los periodos más controvertidos de Picasso: su etapa tardía.

Nacido en 1881 y con una producción genial desde los primeros años del siglo XX, el artista se convirtió en una exitosísima firma que en los últimos 20 años de su vida, aproximadamente de 1953 a 1973, no pudo ocultar su debilidad creativa. Añorante de un erotismo perdido y obsesionado en explorar reinterpretaciones de lenguajes antiguos, de grandes maestros e inclusive de él mismo, Picasso realizó series pictóricas con reinterpretaciones de Las mujeres de Argel de Delacroix, Las Meninas de Velázquez, El almuerzo de Manet o sus famosas pinturas sobre El pintor y la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR