Persistencia y metamorfosis de lo sagrado

AutorBernardo Barranco V.

Las Iglesias y las grandes religiones no escaparon al estremecimiento civilizatorio que representó la pandemia. Los grandes templos y las catedrales se convirtieron en monumentos de soledad, focos de contagio. Las iglesias, capillas y mezquitas se volvieron testigos mudos y lugares prohibidos que contradecían un tipo de religiosidad congregacional. Paradójico: los lugares sagrados se convirtieron en territorios de peligro, en zonas maldecidas.

En México murieron por covid-19 más de 300 sacerdotes, incluidos seis obispos. Ante la falta de servicios religiosos muchas iglesias y diócesis entraron en severas crisis económicas. Hay una nueva paradoja, pues ante la incertidumbre de la afección, creció la demanda espiritual. Al no ser satisfecha por los métodos tradicionales surgieron las redes como método paliativo. La religiosidad popular sufrió severos ajustes. Los eventos masivos se modificaron, como la Semana Santa en Iztapalapa y los tradicionales festejos guadalupanos. El uso del Internet fue una alternativa. ¿YouTube podría haberse convertido en un nuevo espacio sagrado?

Recordemos cómo las corrientes cristianas extremistas dieron rienda suelta a su oscurantismo. Exaltaron visiones escatológicas y apocalípticas. Glorificaron los sentimientos de culpa sobre la amenaza de extinción de la humanidad. Era el fin del tiempo y del mundo, el es-chaton, previsto en las religiones abrahá-micas, que supone una transformación hacia la redención final.

¿Qué ha pasado con la religión? Una vez superado el pico sanitario de la crisis, ¿cómo han quedado las religiones y sus Iglesias? Para iniciar, al parecer la pandemia no afectó la adhesión ni el tipo de pertenencia de fe de las personas. En diversas encuestas, los adultos informaron que su afiliación religiosa hoy no es diferente de la que tenían antes de la pandemia. De hecho, diversos estudios en Estados Unidos, Francia e Italia mostraron que la experiencia de la pandemia puede incluso haber fortalecido su fe religiosa. Por ejemplo, en abril de 2020 el centro de investigación Pew de Estados Unidos informó que una cuarta parte de los adultos norteamericanos dijo que su fe se robusteció tras el brote de covid-19.

Algunos creyentes demandaron endurecer las medidas de prevención sanitaria, para justificar su postura recurrieron a la argumentación teológica. En la religión, en tiempos de pandemia, se buscaba un orden social más rígido. Michele Gelfand, de la Universidad de Stanford en California, ha...

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