Peña relanza la campaña de Trump

AutorJesús Cantú

Antes del auxilio prestado por el mexicano, la aspiración de Trump estaba prácticamente condenada al fracaso. Eso se evidenciaba en su declive en las encuestas electorales, el explícito abandono de muchos prominentes republicanos, la total recomposición de su equipo (que incluyó el relevo de su coordinador general), y una campaña que iba de crisis en crisis. Sus arrebatos, estridencias, ocurrencias, incoherencias y planteamientos absurdos o huecos mermaron las intenciones de voto a su favor. Su proyecto estaba a la deriva.

En ese contexto llegó la invitación de Peña Nieto. El círculo cercano de Trump la recibió como una bocanada de aire: era la oportunidad de salvar la campaña. De acuerdo con información publicada en la primera plana de The New York Times el jueves 1, bajo el titular "Un temerario plan para levantar una campaña", Dan Senor, un exasesor de Mitt Romney en su campaña presidencial de 2016, asentó: "La expectativa era tan baja que simplemente mostrarlo en el escenario junto a un jefe de Estado era un triunfo para él".

Nunca como en esta ocasión las explicaciones, argumentos y mensajes del presidente y su gabinete para justificar la recepción a Trump hacen realidad el famoso encabezado de The Economist: "Un presidente que no entiende que no entiende", aunque en aquella ocasión se refería a sus esfuerzos por superar el escándalo de la Casa Blanca.

Peña Nieto y su cada vez más reducido grupo de defensores tratan de explicar por qué fue invitado el abanderado republicano. Señalan que, en privado, el mandatario fue más directo y frontal de lo que fue en la conferencia de prensa, sostienen los supuestos logros de la reunión y respaldan las débiles y cuestionables posturas del mexiquense.

Ahora bien: no se dan cuenta de que nada de eso importa, porque al invitar a Trump lo reconocieron como interlocutor y, en automático, le dieron una estatura de hombre de Estado. Así, le prepararon el escenario para relanzar su campaña electoral y darle un nuevo aliento.

Tal como señaló en su editorial The New York Times, "Peña Nieto, en vez de reconvenir al señor Trump, lo trató como un jefe de Estado en una conferencia de prensa con atriles y palabras deferentes y melosas. (...) No hubo fricción en la ceremonia fotográfica, lo que permitió al candidato republicano, con serenidad y una voz engolada y segura, evadir cualquier ofensa a su base natural de votantes y humillar a México, al mismo tiempo". El gobierno mexicano -ni siquiera tenía que ser el...

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