El peligroso senador Martínez

AutorSabina Berman

Ahora sus detractores lo cuentan distinto y no confiesan que en un principio la gran mayoría de los mexicanos no supimos ni quién era Chema Martínez ni que en el Senado había una Comisión para la Familia ni cuál era la familia que "nos significa a todo los mexicanos" ni cómo el verbo "significar" funcionaba en la repentinamente célebre oración.

Cuando fuimos descifrándolo, el asombro creció. El senador afirma que la familia papá-mamá-hijos es el ideal secreto de cada mexicano. Parecía una idea importada de otro planeta o de otro siglo a un país cuya demografía expresa ideales contrarios.

Para empezar, hoy 35% de los mexicanos en edad productiva son solteros. Para continuar, de los mexicanos que viven en familia, viven en una variedad de familias que se distribuyen aproximadamente así:

Un 35% en familias monoparentales, ya sea porque la pareja procreadora se divorció, ya sea porque un cónyuge murió, ya sea porque un cónyuge huyó, o ya sea porque un mexicano (generalmente se trata de una mexicana) decidió tener hijos sin pareja de vida. 10% son familias formadas por dos personas del mismo sexo. Y apenas algo así como la mitad de las familias son las de papá-mamá-hijos.

En la realidad mexicana, la familia que el senador cree el ideal de cada mexicano, lo dejó de ser hace décadas. Y en efecto, la misión del senador Martínez no emana de las circunstancias de la Patria mexicana, sino de un lugar distante. De un Estado distante a México geográfica, demográfica e ideológicamente.

El Vaticano.

Una monarquía en cuya jerarquía política no hay una sola mujer. Donde hay un solo tipo de familia. La secreta e inconfesable. Y donde los ciudadanos son todos castos -o eso dicen- y no hay otros niños que los de los coros misales -o eso dicen-.

Un Estado cuya misión expresa es reconquistar el pensamiento de la especie humana para regresarla a valores previos a los de posmodernidad que vivimos, ideales del siglo XIX, o de antes, si es posible.

Los que nos dimos a la tarea de comprender al senador, lentamente logramos encontrar bajo su discurso de propósitos otro discurso: el exhorto Familiaris Con-sortio del Papa Juan Pablo II. Exhorto en donde el Papa presume eso, que todos debemos vivir en el tipo de familia papá-mamá-hijos, pero afirma mucho más.

Que las mujeres somos, sobre todas las cosas, vehículos de embriones. Que la interrupción de la maternidad, así sea una decisión juiciosa y responsable, es un asesinato. Que el divorcio es un pecado. Que también lo...

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