Una paz escamoteada

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Colombia vive el periodo de menor violencia del último medio siglo. La tasa de asesinatos, que llegó a ser la más alta de América Latina, cerrará este año en su menor nivel desde que se llevan registros: 18 homicidios por cada 100 mil habitantes, menos que la media de la región.

Y nunca habían sido tan bajos los ataques de grupos armados ilegales a poblaciones y a la fuerza pública (uno al mes, en promedio, en 2017), mientras que las voladuras de puentes y torres de energía eléctrica cesaron por completo este año.

Los inéditos descensos de la violencia asociada al conflicto armado son, sin duda, un efecto del acuerdo de paz que firmaron hace un año el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.

Esto pese a que el Instituto Kroc de la estadunidense universidad de Notre Dame, señala que sólo se ha cumplido en forma plena 17% de las 558 disposiciones del acuerdo, mientras que la tercera parte tiene un avance mínimo o intermedio y 55% ni siquiera ha comenzado a implementarse.

Según el reporte de ese centro especializado en estudios de paz, aunque el gobierno tiene la intención de cumplir los pactos con las FARC, "se está avanzando a paso lento y con muchas dificultades".

La principal dificultad es política. La derecha que deplora los acuerdos se ha robustecido en los últimos meses. Se trata de corrientes conservadoras en las que lo mismo se expresan los legítimos intereses de víctimas de las FARC, que se agazapan cacicazgos políticos y económicos beneficiado con la guerra.

Muchos de ellos quieren ver a los comandantes de las FARC tras las rejas y sin la posibilidad de hacer política, y al mismo tiempo aspiran a que nadie toque a los militares y civiles que cometieron crímenes atroces durante el conflicto.

Los representantes de esos sectores en el Congreso están obstaculizando las leyes que se necesitan para dar vida a los pactos de paz. De unas 30 que debieron aprobarse en el Legislativo en el último año, sólo pasaron nueve. Y es una incógnita si las que quedaron pendientes lograrán aprobarse en los próximos meses.

Más allá de la lentitud de la imple-mentación, es un hecho que Colombia ya logró lo que muchos creían imposible: poner fin a un conflicto armado de 52 años que causó 220 mil muertos y 8 millones de desplazados.

Pero como dice a Proceso el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia, Todd Howland, "la paz es mucho más que la ausencia de guerra". Y en este país, agrega, "faltan muchas transformaciones para hacer sostenible la paz y evitar que se produzcan más víctimas; y lo que vemos ahora es que hay muchas resistencias a hacer realidad lo que se acordó" entre el gobierno y las FARC.

Luces y sombras

Según estimaciones del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, como resultado del acuerdo de paz al menos 800 colombianos dejaron de morir en el último año.

Es un hecho que Colombia es un país más seguro luego de que unos 12 mil combatientes de las FARC dejaron las armas y de que esa guerrilla -que llegó a ser la más poderosa de América Latina- se convirtió, en septiembre, en un partido político legal: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que conservó las siglas que...

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