"Patrón de comportamiento" en el uso de la fuerza letal

AutorGloria Leticia Díaz

Ha pasado más de un año de la muerte de Jorge Alberto Rivera Cardoza a manos de efectivos de la Guardia Nacional (GN), y su compañera, Viridiana Promotor Rubio, aún tiene a flor de piel el miedo que sintió aquel 8 de abril cuando, al acudir a las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), fue encerrada en un cuarto con personal de la corporación militarizada para exigirle que firmara documentos que libraban de cargos a los agentes que le dispararon a su esposo cuando éste circulaba en una camioneta a plena luz del día a unas cuadras del Puente Internacional número 1, Las Américas, en Nuevo Laredo.

"En la FGR lo que me dijeron era que si quería el cuerpo de mi esposo tenía que arreglarme con los de la Guardia; me metieron en un cuarto sola con ellos y me pedían que firmara documentos, que si los perdonaba me iban a dar 1 millón y medio (de pesos). Yo les respondí que primero me dijeran por qué lo habían matado, si mi esposo era un agente aduanal, que era muy conocido y no tenía armas, y que cómo era posible que les disparara si la camioneta tenía los vidrios subidos cuando lo mataron, porque una hora después yo fui al lugar y la ví.

"Ellos insistieron en que mi esposo les había disparado y que si yo seguía diciendo lo contrario hasta me iban a meter a la cárcel. Me dio miedo y les firmé lo que me pedían; tres días después me entregaron el cuerpo de Jorge, después me citaron en la FGR que para recoger el cheque, pero ya no fui, me dio desconfianza", narra Promotor Rubio en entrevista con Proceso.

El hecho provocó un tumulto entre las personas que estaban cerca del asesinato, indignadas por la ejecución de Jorge y porque, al perderse el control del vehículo, éste se estrelló contra autos estacionados y provocó la muerte de una mujer que estaba en la acera de la avenida Melchor Ocampo.

Días después Viridiana fue contactada por un extrabajador de Jorge que viajaba con él en ese momento. Fue entonces cuando se acercó al Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL) para presentar una denuncia penal por la muerte de su esposo y una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Según el testimonio del sobreviviente, Jorge iba al volante, circulando de sur a norte en la avenida Ocampo, rumbo a su oficina, cuando de pronto se escucharon disparos y el cuerpo del conductor cayó fulminado sobre el volante, perdiendo el control e impactando sobre al menos otros tres vehículos estacionados y matando a una mujer en la acera.

"Hasta ahora el caso sigue en la impunidad y sin recomendación de la CNDH; el agente del Ministerio Público sólo considera...

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