El Paso, Texas: la retórica del odio

AutorVíctor Emilio Corzo
Páginas12-15
12 El Mundo del Abogado
DERECHO EN EL MUNDO
Víctor Emilio Corzo*
Desde el inicio de la campaña presiden-
cial de Donald Trump a la presidencia
de Estados Unidos, el empleo de una
retórica xenofóbica —especialmente
en contra de los mexicanos— ha sido
recurrente en su discurso.
Aun cuando Trump ha tratado de justificar sus
declaraciones —en particular las realizadas al inicio
de su campaña, en junio de 2015— como reflejo de
su dureza frente a la migración irregular, es difícil
dejar de ver su sesgo xenofóbico: “Cuando México
manda a su gente, no está mandando a los mejores
[…] está mandando a personas que tienen mu-
chos problemas […] Traen droga. Traen crimen. Son
violadores”. La misma línea argumentativa ha sido
empleada en contra de los migrantes provenientes
de Centroamérica al acusar en un tweet, el 26 de
noviembre de 2018, que “México debería agitar la
bandera para enviar a los migrantes, muchos de
los cuales son simples criminales, de regreso a sus
países”.
Hoy en día, esta narrativa no ha parado e inclu-
sive ha servido como motor para que se ejecuten a
cabalidad dos de las principales promesas de cam-
paña de Donald Trump: la construcción de un muro
en la frontera entre México y Estados Unidos y el
endurecimiento en la ejecución e interpretación de
las leyes de migración estadounidenses. Desde una
perspectiva política, al ubicarnos en la víspera del
inicio de su campaña de reelección, es altamente
probable que arrecie el uso de esta línea discursiva,
especialmente por la gran resonancia que ha encon-
trado en la base política que lo llevó a la presidencia
en 2016.
Dos de los conceptos más antiguos del Derecho
internacional son los de nacionalidad y extranjería.
Si bien en la actualidad podemos hablar de ellos
como construcciones legales, sería iluso ignorar que
históricamente han servido para diferenciar entre el
“nosotros” y el “ellos” y para graduar los derechos a
los que tienen acceso las personas. Ambos concep-
tos aluden a dos de los sentimientos más primitivos
del ser humano: el de pertenencia a un grupo deter-
minado y el de defensa frente amenazas externas.
Estos sentimientos apelan a un miedo irracional,
que motiva al cerebro reptiliano de las personas a
actuar de forma defensiva para preservar su exis-
tencia, tanto individual como de grupo. Este tipo
de marketing político puede ser visto, a nivel mun-
dial, en las campañas de los gobiernos electos en
Estados Unidos, Brasil y Reino Unido, por nombrar
algunos, los cuales construyeron sus campañas elec-
torales alrededor de la retórica antiestablishment
que prometía regresar al concepto romántico de
Estado-nación, devolver el poder al pueblo y romper
con las tendencias de globalización que supuesta-
mente tanto daño le han hecho a la economía de
esos países.
El simbolismo de los representantes del Estado
va más allá de un mero puesto burocrático. La ley,
especialmente la penal, es un catálogo de conduc-
tas reprochadas por la sociedad. Su sanción, esto es,
el ejercicio de la acción penal, queda bajo el mono-
polio del Estado, que, en su personificación en la
autoridad del fiscal y del juez, se erige en un plano
vertical de superioridad —por lo menos en el plano
teórico— frente al resto de la población. Asimismo,
es tal el grado de importancia que el Derecho in-
El Paso, Texas:
la retórica del odio

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR