Páladas, nuestro contemporáneo Los versos del fin del mundo

AutorLa Redacción

Entre los autores de la Antología griega Páladas es considerado una figura menor que rara vez aparece en selecciones poéticas, historias literarias y enciclopedias.

Ahora que ya no podemos ser pesimistas porque todo sale peor que nuestros augurios más negativos, ni apocalípticos porque hoy ni siquiera imaginamos los horrores que nos llegarán mañana con el nombre de noticias, Páladas se vuelve, como decían en los cincuenta del siglo muerto, nuestro contemporáneo.

Es el griego que ve aniquilada la cultura griega, a semejanza del poeta indígena que contempló la destrucción a sangre y fuego de cuanto había sido su universo, el pagano que sufre la imposición brutal del cristianismo, el alejandrino que se duele de que su ciudad, fundada para ser la síntesis de Oriente y Occidente, desaparezca bajo la nueva barbarie.

A la crueldad de la historia se suma la falta de compasión de la naturaleza: fundada sobre las arenas resbaladizas del Nilo, Alejandría asiste al hundimiento en el mar de sus grandes construcciones. Y lo que iniciaron los terremotos lo consuma un gran tsunami en el siglo VII.

Por fortuna desde hace varios años Franck Goddio, director del Instituto Europeo de Arqueología Submarina, ha comenzado el rescate de ocho siglos de tesoros. Ya localizó con su equipo las ciudades portuarias de Kanopo y Eraclión-Tonis, el puerto real, el puerto de galeras, la isla de Faros y el Timonium, la residencia que vio los amores entre Marco Antonio y Cleopatra, y el suicidio del general romano.

El esplendor de Alejandría

En 331 a. C. Alejandro Magno derrotó por segunda vez a Darío, el rey de Persia, en Gaugamela, y fundó Alejandría para eternizar su nombre y su grandeza. Quiso hacer de la ciudad del Nilo el punto de encuentro entre Oriente y Occidente. El esplendor de la edad helenística duró hasta que Egipto fue conquistado por Roma. El centro de esa cultura que se esparció por todo el mundo hasta entonces conocido fue la gran Biblioteca de Alejandría, parte de la primera universidad de la historia, en que colaboraron griegos, árabes, judíos, persas y sirios.

La Biblioteca resultó destruida por vez primera y de modo no intencional por el ejército de Julio César al incendiar sus naves en 48 a. C. En 325 el emperador Constantino hizo del cristianismo la religión del Estado, trasladó el imperio a una nueva capital, Constantinopla (Bizancio), y prohibió todos los cultos paganos. El nuevo emperador Teodosio ordenó al patriarca Teófilo de Alejandría que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR