El pésimo arranque del INE

AutorJesús Cantú

Entre las razones de este fracaso destacan el error conceptual de inicio; el mal diseño del procedimiento de selección; fallas de implementa-ción; la conformación de un bloque de consejeros para sacar adelante a sus candidatos, y las disposiciones legales que permiten las maniobras de los actores políticos para capturar los consejos estatales.

El error original fue pensar que integrar consejos estatales bajo la lógica de privilegiar conocimientos y experiencia electoral blindaría la actuación del Consejo General al pretender establecer fundamentalmente criterios cuantitativos. Esta lógica desvirtuó la razón de ser de los organismos autónomos desde el momento en que se impuso un órgano de dirección ciuda-danizado y cuando se fijaron perfiles para dichos puestos más propios de un servicio profesional de carrera; además, no permitió la creación de un procedimiento robusto y a prueba de las perversiones de los partidos políticos y sus personeros en el Consejo General.

De este error deriva en buena medida el mal diseño del procedimiento: libraron bien las dos primeras etapas, pero no logran superar satisfactoriamente las otras tres. La primera etapa -verificación del cumplimiento de requisitos legales y de la convocatoria- era sencilla, y así resultó; el examen de conocimientos, delegado al Ceneval, estaba totalmente automatizado y, por lo tanto, cualquier cues-tionamiento era fácilmente superable.

Los problemas empezaron en la calificación del ensayo, pues se reclutó a un grupo de académicos que evaluaron un determinado número de ensayos sin siquiera saber el nombre de los sustentantes. Como sólo había un evaluador por sustentante, la calificación aprobatoria o reprobatoria quedaba sujeta a su criterio; aquí no había sistema de control.

Algunos de los sustentantes excluidos impugnaron los resultados, ante lo cual el INE abrió la puerta a la revisión aun cuando en este proceso, que no se hallaba previsto en el procedimiento, se perdió el anonimato, pues evaluador y sustentante se trataron de manera directa. Peor aún fue el hecho de que se reconsideraran algunas de las calificaciones. Por su parte, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contribuyó a desvirtuar todavía más el procedimiento al diseñar el suyo propio, lo que implicaba la presencia de tres evaluadores frente al sustentante.

Por lo demás, la revisión curricular no sólo abrió la puerta a la discreciona-lidad, sino a la perversa conformación de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR