Por oscuros escenarios

AutorCecilia Núñez

Más allá de disfrutar la belleza arquitectónica del Puente de Carlos, del laberinto de calles empedradas en el barrio de Malá Strana, en Praga, y de los castillos medievales en el Reino de la Bohemia, muchos de los viajeros que recorren República Checa se interesan en conocer rincones donde sucedieron pasajes trágicos en la historia de este país, convirtiéndolos en los nuevos atractivos turísticos.

Un ejemplo que ya es típico dentro de este tipo de intereses es Terezín, un campo de concentración desde donde deportaban a niños y ancianos a los campos de exterminio, y hoy es un imperdible para visitantes que buscan adentrarse en la historia de la región.

Si bien este tipo de recorridos no forman parte del denominado Turismo Negro -donde la atracción principal es visitar sitios para ver la realidad actual de ciertas comunidades cuyo entorno está marcado por la indigencia o por zonas devastadas debido a accidentes o desastres naturales-, ofrecen a los visitantes la experiencia de sentir en carne viva las tragedias del pasado.

"Los viajes destinados a conocer la historia 'oscura' son una nueva tendencia dentro del sector turístico", afirma en un comunicado la oficina de turismo de República Checa.

Pero además de los lugares típicos, como Terezín, quedan en República Checa otros parajes que pueden atraer a aquellos viajeros que estén interesados en conocer alguno que otro episodio oscuro. Estos son los más buscados:

ARTE CON HUESOS HUMANOS

El Osario de Sedlec, de Kutná Hora, es una pequeña capilla católica localizada bajo la Iglesia del Cementerio de Todos los Santos, donde se acumularon de entre 30 mil a 40 mil cadáveres, en su mayoría de las víctimas de la epidemia de la peste ocurrida en 1318.

Después de las guerras Husitas, a principios del siglo 15, miles de personas fueron enterradas allí, por lo que el cementerio se fue suprimiendo y restos de osarios se depositaron en la capilla subterránea.

En 1709, el arquitecto Jan Blaej Santini-Aichel arregló los espacios interiores y los altares de la capilla y en 1870 el artesano especializado en tallar madera, Frantiek Rint colocó artísticamente los restos de los esqueletos humanos para crear la decoración y el mobiliario de la capilla.

En el sitio se pueden ver, entre otras piezas, una lámpara que cuelga en el centro de la nave, un gran escudo de armas y la firma del artesano Rint, todo hecho de huesos humanos.

LA TORTURA COMO ESPECTÁCULO

El Museo de la Tortura de esk Krumlov se sitúa en los...

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