Órganos autónomos: malas prácticas

AutorArturo González de Aragón O.

- Auditoría Superior de la Federación (ASF).

- Banco de México (Banxico).

- Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).

- Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

- Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

- Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

- Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

- Instituto Nacional Electoral (INE).

- Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

- Tribunales Agrarios (TA).

- Universidades Públicas (UNAM y UAM).

La euforia por las autonomías y el abuso que se ha hecho de ellas representan un serio peligro para la estructura y estabilidad del Estado mexicano, el cual se constituye de tres grandes poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La creación de tantos órganos autónomos ha dado la pauta para pensar en la existencia de un nuevo poder, grande y todopoderoso, constituido por los mismos.

Si seguimos por ese camino está en riesgo el funcionamiento y equilibrio del Estado mexicano, pues significaría quitarle a éste responsabilidades sustantivas y debilitar la estabilidad y el equilibrio de los tres Poderes de la Unión.

Si desmembramos la estructura originalmente creada para la formación del Estado, ésta podría ser afectada por un conglomerado de órganos autónomos especializados, agrupados en una nueva forma de organización política, lo que crearía una enorme confusión en la concepción de aquél, en su organización, en sus límites de acción y en sus pesos y contrapesos.

Ante esta situación surge un gran cuestionamiento: ¿Los órganos autónomos han cumplido razonablemente con los objetivos para los que fueron creados? La respuesta no es simple, es compleja, ya que la evaluación de su desempeño debe ser individual e independiente.

Los órganos en cuestión deben evitar, o erradicar si ya existen, las malas prácticas que desvirtúan la razón de su creación y ponen en entredicho su permanencia. A continuación se señalan de forma enunciativa, pero no limitativa, una serie de malas prácticas, a saber:

Malas prácticas

  1. - Dictaduras personales en lugar de democracia y liderazgo.

  2. - Elaborar códigos de ética profesional laxos y permisivos.

  3. - Favorecer a políticos, partidos y empresarios poderosos por el simple hecho de serlo.

  4. - Ocultar, modificar y manipular los resultados derivados de la actividad institucional a cambio de un...

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