EL INFORME OPPENHEIMER / Un dialogo con Mario Vargas Llosa

AutorAndrés Oppenheimer

El premio Nobel Mario Vargas Llosa dice en un nuevo libro que estamos viviendo en una "cultura del entretenimiento" en la que todo -incluyendo la literatura, el periodismo, la política y el sexo- se está volviendo cada vez más trivial, y que ese fenómeno puede tener desastrosas consecuencias para la humanidad.

De manera que cuando lo entrevisté la semana pasada sobre su nuevo libro "La Civilización del Espectáculo", un colección de ensayos nuevos y otros publicados anteriormente en el diario El País de España, no pude evitar empezar con la pregunta obvia: ¿Qué tiene de malo el entretenimiento?

"¡Nada! Yo estoy a favor de la diversión", respondió el escritor peruano desde su casa en Madrid, donde vive parte del año. "Lo que digo en este ensayo es que la función de la cultura no es exclusivamente divertir. Porque si convertimos a la cultura solamente en diversión, en una manera ligera de pasar un buen rato, entonces la cultura pierde esa función que ha tenido tradicionalmente, que era la de preocuparnos sobre el mundo en que vivimos, y (perderemos) también... una actitud crítica que nos lleva a poner constantemente en cuestión lo que creemos que son certezas inamovibles".

Vargas Llosa agregó que en la actualidad, la literatura "light", destinada a entretener al público, está acabando con la literatura como un arte. En el mundo de 140 caracteres de Twitter en que vivimos, hoy no podría surgir un León Tolstoi, un James Joyce o un Jorge Luis Borges, entre otras cosas porque internet está acortando nuestro lapso de atención y dificultando cada vez más la capacidad de la gente para leer libros.

"De ninguna manera esto es una crítica ni a la tecnología ni al desarrollo audiovisual", me dijo Vargas Llosa. "Ahora, lo que yo creo, es que reemplazar enteramente a los libros por las pantallas es reemplazar un tipo de esfuerzo intelectual (más profundo) por un esfuerzo intelectual mínimo, y que tiene consecuencias... Está creando un público que ya no soporta un gran esfuerzo intelectual, al que el libro fatiga, aburre, distrae, porque está dedicado a este esfuerzo mínimo que es el que demandan las pantallas".

Hasta el sexo se ha convertido en una práctica cada vez más banal, despojada de erotismo, parecida a un deporte, afirmó.

Recordando la decisión de la junta de Gobierno de Extremadura, España, de ofrecer talleres de masturbación en las escuelas, dijo que sexo "está perdiendo su misterio". Agregó que estamos "trivializando tremendamente una actividad...

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