El "opio electrónico" aniquila a los chinos

AutorAdrián Foncillas

BEIJING.- Li Meng ha pasado los últimos seis años de espaldas al mundo y a la higiene, en contacto con los personajes que ve en la pantalla de la computadora en un cibercafé, que sólo abandona para comprar comida rápida y muy de vez en cuando para bañarse. Incluso pasó ahí las fiestas de Año Nuevo, cuando disfrutó de unas empanadas que le regaló el gerente del establecimiento. Prácticamente ya es parte del mobiliario de ese café internet de la ciudad de Changchun y los clientes habituales han aprendido a ignorarlo.

Hasta allá viajaron dos psicólogos que no consiguieron que abriera la boca y menos aún que despegara los ojos de la pantalla. Un reportero del Beijing Times tuvo mejor suerte: Logró que Li dijera que gana unos 2 mil yuanes mensuales (4 mil 150 pesos) vendiendo a otros cibernautas las contraseñas para pasar las fases de diversos juegos en línea y que gasta 500 (poco más de mil pesos) en el cibercafé. Su único lujo es su material de trabajo: Un joysticfe adornado con diamantes. Tiene veintitantos años, la palidez del enfermo terminal y una cabellera que exige un lavado.

Pero otros se veían peor. En 2011 Wang Gang estaba descolorido y delgado hasta la deformidad cuando murió de un infarto en el cibercafé de la ciudad de Wuhan, de donde no había salido en la última década.

Las noticias de muertes en cibercafés son el corolario de un problema al alza en China: La adicción a internet. Los jóvenes urbanos pasan 70% de su tiempo libre frente a la computadora jugando, comprando o socializando, según un informe de 2012 de la consultora McKinsey & Company.

China tiene la mayor comunidad de in-ternautas del mundo. De los 550 millones de sus usuarios de internet (de los cuales 300 millones suelen jugar en línea) unos 24 millones son adictos, según datos del Centro Chino de Información sobre Internet dados a conocer el año pasado.

Pero la ambigüedad del término "adicto a internet" plantea discusiones. "Aún no existe una definición científica. Contar el número de horas que pasan ante la pantalla no es suficiente. Un indicador de la adicción es que el joven sufra creciente y grave ansiedad si no tiene acceso a la computadora", comenta a Proceso, vía correo electrónico, Jing Jun, sociólogo de la Universidad Tsinghua de Beijing.

La sintomatología más frecuente incluye fracaso escolar (o incluso abandono de la escuela) y dificultad en las relaciones con la familia y los amigos. En los casos más graves se produce una distorsión de la realidad...

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