EL OBSERVADOR GLOBAL / ¿Qué tiene que ver Auschwitz con Benghazi?

AutorMoisés Naím

¿Qué hubiese pasado si en la Segunda Guerra Mundial los aliados hubiesen bombardeado las cámaras de gas o las líneas de ferrocarril que llevaron a millones de inocentes a la muerte en Auschwitz y otros campos de exterminio? No se podía. No sabíamos. Hubiésemos distraído recursos de otros frentes. No era una prioridad estratégica. Estas son algunas de las respuestas que se le han dado a esta difícil pregunta. En Auschwitz fueron asesinados más de un millón de hombres, mujeres y niños.

En Benghazi pudo haber pasado algo parecido. Claro que las magnitudes y circunstancias son muy diferentes. En Benghazi viven 700 mil personas y, de haber entrado las tropas leales a Muammar Gaddafi a cumplir la misión que les encomendó -"eliminar a las ratas grasientas"- seguramente no hubiesen asesinado a toda la población de esa ciudad. Pero el dilema es el mismo. ¿Deben otros países intervenir militarmente en un país para impedir el exterminio de miles de inocentes? No lo hicieron en Ruanda, donde 800 mil civiles fueron masacrados en 1994, ni tampoco en Srebrenica, donde las fuerzas armadas serbias asesinaron en 1995 a 8 mil hombres y adolescentes bosnios.

Estos conocidos episodios son relevantes para el debate sobre la intervención extranjera en Libia. A Barack Obama se le está criticando ferozmente tanto por haber intervenido como por haber tardado en hacerlo. Por haberse integrado en una coalición internacional, en vez de haber actuado unilateralmente. Por haber permitido que, en la etapa inicial de los bombardeos, los aviones y misiles norteamericanos tuviesen el protagonismo. Por haber intervenido sin saber quiénes son los rebeldes libios y cuáles sus motivaciones y alianzas. Por carecer de planes para una Libia post Gaddafi. Por la hipocresía de actuar en Libia y no en Bahréin (donde Estados Unidos tiene una importante base naval). Pero la crítica más fundamental a Obama es que la situación en Libia no afecta a los intereses vitales de Washington y, por tanto, es inaceptable gastar dinero y arriesgar vidas estadounidenses en ese conflicto. Ni siquiera el petróleo lo justifica, dicen los críticos. Libia extrae sólo el 2 por ciento del total mundial, y Gaddafi tenía excelentes relaciones con las petroleras extranjeras. ¿Y cómo termina esto? ¿Actuará Estados Unidos, de aquí en adelante, como el gendarme mundial que interviene militarmente cada vez que un dictador...

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