'Nunca iba a sacrificar lo que me ha dado la pintura, por el dinero'

CIUDAD DE MÉXICO, julio 26 (EL UNIVERSAL).- "Teresa Velázquez" es el nombre del libro. Ahí está todo: la obra y trayectoria de una artista mexicana que ha construido una pintura imbricada en el pensamiento. La potencia matérica de su pintura no sólo remite a la filosofía, la literatura y la historia del arte sino que proviene de todas ellas.

Teresa ha trazado un camino de búsquedas como protagonista y testigo del arte y la vida de las instituciones culturales de México. Es una voz que advierte del desmantelamiento institucional, la privatización de lo público, el cierre de los museos a la pintura.

El libro reúne su obra, desde los intentos iniciales con la fotografía a comienzos de los 80, hasta pinturas con referencias a "Fausto", de Goethe, de 2019. Editado por ffaauunnaa, escriben en él Luis Martín Lozano (editor), Marina Azahua y Carlos Palacios.

Nacida en la Ciudad de México en 1962, formada con Ignacio Salazar y Gilberto Aceves Navarro, Teresa es Premio de Adquisición en el Encuentro Nacional de Arte Joven del INBAL (1995), y Premio de Adquisición en la Bienal Rufino Tamayo (2004). Su pintura ha llegado a museos públicos y privados, y a colecciones particulares y de museos.

-¿Cómo nació este libro?

La idea original fue de Luis Martín Lozano, que es el editor. Él vio las batallas que yo tengo por tratar de exponer mi obra en la Ciudad de México; lo pude hacer durante un tiempo, cuando había una plataforma cultural más fuerte, pero después nos empezaron a poner obstáculos a los pintores para exponer nuestro trabajo.

-¿Por qué no se ha visto tu obra y la de otros pintores?

En los 20 años del fin de milenio y los 20 años de éste, el mercado del arte pasó a otras disciplinas: lo alternativo, lo multidisciplinario. La pintura pasó a un plano, incluso, de negación, peyorativo; pintar era tener una postura conservadora, poco reconocida como una investigación. La economía global fue forzando en México al mercado del arte a unos lineamientos donde la pintura no tenía más cabida; por lo menos hasta principios de este milenio, la pintura fue negada; querer tener exposiciones individuales, a nivel de autoría, era visto como una cosa narcisista, innecesaria. Después de que murieron críticas como Raquel Tibol y Teresa del Conde no surgieron nuevos críticos; está Luis Martín Lozano, algunos escritores como Jaime Moreno Villarreal, pero si queremos hacer un análisis de trayectorias hay que recurrir a registros periodísticos, porque a nivel de crítica...

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