Nuevas tradiciones: el autopremio

AutorFabrizio Mejía Madrid

-No merezco que me den este premio -dijo el premiado- pero tampoco quedarme calvo y, ya ven: lo acepté.

Como en nada tienen que ver con el éxito, hay que aceptar los premios justo como la calvicie: con una mezcla de ignorancia y seguridad en sí mismo. Nada de deshebrar el cabello lateral para que alcance de fleco. Al contrario, hay que consentir el destino con la calva en alto. Recibir un premio es admitir la suerte en su más bajo grado: el churrazo. Por ningún motivo hay que dejar hablar a la vocecita interior que te dice cosas como: "En una de esas, sí soy una piola" o "es cierto que todos los jueces son mis compadres pero ¿tengo acaso la culpa de que todos mis compadres sean unas piolas?" o, incluso, llegar a decirte: "Finalmente se me recompensa el miserable año y medio que padecí en la puta (escriba aquí el nombre de una universidad).

No nos engañemos. Ser galardonado implica que tienes mayoría de amigos en el jurado y que tendrás que devolverles el favor muy pronto. Hace unos años, una célebre galardonada me explicó así el asunto:

-Te juro -confesó, arrodillada (era tarde, había mucho tequila y ella tenía zapatos de tacón)- que le di el premio a Alcanfora Vi-daurreta por tres razones: número uno: ya se va a morir; dos: me lo pidió el otro jurado, que ya ves que es un perro hampón y, tres, ella misma me va a entregar un premio el año entrante. Pero -babeó un poco y ahí no creo que los zapatos hayan tenido que ver-siempre he creído que tú te lo merecías.

-Pero yo no concursé -le comenté de pasada.

-No importa -dijo levantándose-. Lo merecías.

Cuando se fue a la pista de baile caminando con los tobillos recordé que ese premio sólo se le da a las escritoras en lengua indígena del estado de Durango.

Traigo a colación estas gratas memorias porque en estos días se habló algo sobre el premio que el gobernador del Estado de México recibió del gobierno del Estado de México. El anuncio del estímulo -imagen mental: medalla, diploma, trofeo, corona de Miss Universo, balón de oro- fue dado a conocer en la gaceta del mismo estado el 15 de enero firmado por el magistrado presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo -imagen mental: dos contadores dándose de puñetazos en un ring- y tiene el imprecisable nombre de "Mérito Administrativo y fiscal 2015" -imagen mental: un país que sigue pagando el rescate bancario alza trofeos en todas las plazas públicas-. Si bien todo reconocimiento es entre compadres, con éste se inaugura el autopremio...

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