Resurrección nuclear

AutorAdrián Foncillas

BEIJING.- Ocurrió a las 14:46 horas del 11 de marzo de 2011. Un sismo de 9 grados a un centenar de kilómetros de la costa noreste de Japón provocó un tsunami que barrió el litoral. Las imágenes turbaron al mundo: la lengua marina avanzando al encuentro de tierra firme, los barcos empujados como peleles, los restos de automóviles esparcidos por la costa, los pueblos desaparecidos en segundos, los cadáveres devueltos por el mar... Hubo 15 mil 884 muertos y 2 mil 636 desaparecidos. Honshu, la principal isla japonesa, se desplazó 2.4 metros al este. De la mayor desgracia natural de la historia de Japón germinó días después la crisis nuclear de Fukushima, la peor desde Chernobil en 1986. Japón aún paga la factura humana. Permanecen 267 mil personas desalojadas que ignoran si podrán regresar a sus casas algún día. Unas 100 mil viven en casas provisionales, prefabricadas, y sólo se han construido mil 11 casas de las 29 mil 500 planeadas. Los terrenos en un radio de 20 kilómetros tardarán 165 años en descontaminarse.

En estos tres años han muerto mil 657 personas en la prefectura de Fukushima por causas relacionadas con el desastre: estrés, agravamiento de dolencias anteriores o suicidios. Superan a las mil 607 víctimas directas del tsunami en esa área.

Pesadilla radiactiva

La central nuclear de Fukushima quedó arruinada. Sus reactores se fundieron, sufrieron explosiones continuas y emitieron radiactividad a la tierra, el mar y el aire.

Tres años después sigue más ligada a la prensa diaria que a los libros de historia por sus continuas emisiones y filtraciones. La más reciente ocurrió el pasado 20 de febrero, cuando un centenar de toneladas de agua altamente contaminada se vertieron desde uno de los tanques de almacenamiento porque un trabajador olvidó cerrar la válvula. Fue el peor accidente desde que otras 300 toneladas se filtraron al terreno en agosto pasado y las autoridades elevaron la alarma al nivel tres en una escala de siete.

El fin de la pesadilla se intuye lejano por la dificultad de gestionar una situación sin precedente. Desmantelar Fukushima ha colocado a la industria ante un reto mayúsculo. Tras el accidente se debatió si se debía sepultar entre muros de hormigón como se hizo con Chernobil, pero la mayor densidad de población en el caso de Japón desestimó la solución.

Los reactores dañados de Fukushima requieren un enfriamiento continuo y un plan de largo plazo.

El desmantelamiento total necesitará 40 años. Primero se eliminará el...

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