Norma Piña, entre la continuidad y la ruptura

AutorRicardo Raphael

Piña también resolvió una contradicción antigua dentro de la Corte, entre quienes han hecho carrera dentro del Poder Judicial y quienes, por otros méritos, accedieron desde fuera al máximo tribunal.

Ella comenzó su vida profesional como académica e investigadora dentro de la UNAM y por eso es reconocida entre quienes desarrollan la teoría y las doctrinas del derecho.

Pero luego ingresó al Poder Judicial y ascendió, escalón por escalón, hasta llegar al lugar que hoy ocupa.

Se trata, en efecto, de una mujer capaz de trascender diferencias. Hay sin embargo una fractura en la que la presidenta Piña podría quedar atrapada: el desencuentro personal y político que sostiene con su antecesor, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Como suele suceder en las relaciones humanas, las perores distancias se producen entre personas que alguna vez estuvieron muy cerca.

Cuando llegó a la Corte, en diciembre de 2015, Piña encontró en Zaldívar a un buen aliado y, una vez que él ganó la presidencia, fue la ministra que contó con su mayor confianza.

En este contexto, Zaldívar le encomendó hacerse cargo de la Unidad de Igualdad de Género de la Corte, desde dónde el máximo tribunal fijó posiciones muy novedosas.

Entre los primeros logros de esa unidad destaca el impulso que se dio para que un número grande de mujeres se volvieran jueces federales.

Pero esa virtuosa mancuerna que ambos formularon caducó a medio camino de la gestión de Zaldívar. El filósofo español José Antonio Marina dice que el mal entre los seres humanos suele ser engendrado por las expectativas no cumplidas. Solamente estas dos personas sabrán cuáles fueron esas expectativas incumplidas que, al final, los llevaron a la ruptura.

Una ruptura entre personas que ahora no debería significar discontinuidad en la conducción de la Corte. Sería lamentable que algunas de las aportaciones más relevantes de Zaldívar a las instituciones de la justicia federal fuesen desestimadas por la transición entre los mandatos.

A salvo estará, desde luego, el énfasis en la política de igualdad y género y también la conciencia sobre el daño que impone la discriminación a la justicia mexicana.

Sin embargo, cabe temer por otro de los éxitos que también obtuvo el expresidente de la Corte, a propósito de la igualdad, y que tiene que ver con el acceso a la defensa profesional y eficaz de las personas en los tribunales, independientemente de no contar con recursos económicos, culturales o sociales.

La igualdad ante la ley y ante el...

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