Norma Blanco. "Las mujeres somos excelentes jueces"

AutorKarla Hernández
Páginas40-43

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¿En qué momento tomaste la decisión de ser jueza?

Lo tengo en la sangre. Mi padre fue funcionario público, mi hermano es un postulante, ahora los dos están de postulantes. Así que crecí en los juzgados, cuando mi papá era juez yo lo acompañaba.

Mi hermano también fue juez, pero renunció porque a él lo que le gusta es el litigio. Sin duda es uno de los mejores abogados de Guadalajara junto con mi papá.

Somos cuatro hermanos. Mi hermana mayor es psicóloga, mi hermano abogado, yo abogada y mi hermana chica estudió comercio internacional, pero es cosa de la sangre, mi madre ya dice que puede hacer exhortos y diligencias y hasta montar despachos.

¿Qué significa para Norma Blanco ser un buen juez?

Yo tengo una experiencia particular. Mi padre siempre decía que yo iba a ser doctora y me presentaba como la doctora, porque en aquel tiempo ser abogado era muy difícil, sobre todo para las mujeres. Me tocó la universidad cuando era muy difícil estudiar para las mujeres, éramos 8 mujeres y 50 hombres, pero recuerdo una ocasión en la que mi papá desesperado me preguntó por qué quería ser jueza y le dije "porque me gusta lo justo".

Creo que es un privilegio enorme dictar una sentencia, esta sentencia es el sentir del juez, como dijo Carnelutti. Yo tengo muy presente que a veces es muy difícil cuando por técnicas jurídicas se pierden procedimientos; que uno como juez ve que tiene que dictar una sentencia técnica y a lo mejor no una sentencia justa. Yo trato de buscar el justo medio, en todo sentido. Es un compromiso tan grande el que nos dan que no toda la gente puede con la responsabilidad; a veces creen que el puesto es una gran trayectoria, donde somos pocos, pero sobre todo es una responsabilidad enorme, cuando veo los asuntos familiares o de custodias de menores y lo que buscas es el término medio entre lo justo y lo técnico. Es difícil, yo trato de mantenerme ecuánime, de mantener el don de tratar de ser menos objetiva y un poco más sensible, porque si te vas directamente a la objetividad, es una sentencia muy técnica, pero no es muy justa. En esta época donde los humanistas hemos tenido un avance, porque yo creo, más que en el derecho positivo, en los derechos del hombre, los derechos sublimes, sobre la libertad, la expresión, la vida.

Hay que recordar cómo los aliados, luego de la segunda guerra mundial, en aquel juicio de Nuremberg, empezaron a juzgar a aquellos que cometieron crímenes impresionantes, y ellos decían que no hacían más...

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