El nombre del "Chapo", arma para venganzas castrenses

AutorJuan Veledíaz

Una de las últimas comparecencias de Joaquín El Chapo Guz-mán, meses antes de su escape del penal del Altiplano, se efectuó ante el Juzgado Decimoquinto de Distrito en To-luca, en el juicio contra un general brigadier acusado de ser intermediario del capo para intentar sobornar, a finales de 2011, a Guillermo Galván Galván, entonces secretario de la Defensa Nacional.

El pasado 31 de marzo el jefe del Cártel del Pacífico apareció en el monitor de vi-deoconferencias del juzgado.

-¿Conoce al general Juan Manuel Barragán Espinosa? -le preguntó el abogado del militar.

-No. Hasta este momento estoy conociendo al señor en la rejilla de prácticas; nunca había escuchado su nombre ni nunca lo había visto personalmente -contestó El Chapo.

Enseguida le pregunta si había enviado emisarios para reunirse a "negociar" con Barragán Espinosa a finales de 2011, así como para buscar un acercamiento con Galván Galván y otros altos mandos del Ejército y funcionarios federales a fin de solicitar protección y colaboración con su organización en el noroeste del país.

De acuerdo con documentos judiciales -copias de los cuales tiene Proceso-, en ese momento el juez intervino para desechar la pregunta, pues Guzmán ya había dicho que no conocía al acusado y jamás había escuchado su nombre.

Esa respuesta del Chapo era lo que esperaban los abogados del general para probar que la acusación en su contra era un "montaje" de las procuradurías General de Justicia Militar (PGJM) y General de la República (PGR).

Los cargos contra Barragán eran por delincuencia organizada y delitos contra la salud y se fincaron con base en presuntas pruebas -presentadas por un "testigo colaborador"- de un par de reuniones en diciembre de 2011 del militar con representantes del Chapo Guzmán, a quienes supuestamente pidió 10 millones de dólares a fin de conseguirles reuniones con Galván Galván; la procuradora general de la República, Marisela Morales, y el general Genaro Robles Casillas, entonces subjefe operativo del Estado Mayor de la Defensa.

Las supuestas reuniones buscarían el cese de los operativos militares contra el Cártel de Sinaloa y de la cacería en la región noroeste del país contra El Chapo Guzmán.

Según las declaraciones de Humberto Guerrero Murguía, el "testigo colaborador", Barragán les dijo días después que todavía no arreglaba nada pues le habían cancelado las citas, pero tenía pensado comprar un reloj Rolex para regalárselo al secretario de parte del capo "como muestra de agradecimiento".

De acuerdo con las mismas declaraciones, el 24 de diciembre de 2011 las reuniones seguían sin concretarse, por lo que se pactó un nuevo encuentro entre Guerrero Murguía y el brigadier en su oficina. El testigo llegó acompañado de otra persona, supuesto enviado del Chapo, quien grabó subrepticiamente 28 minutos de esa conversación, lo cual serviría para probarle al capo sinaloense que las negociaciones seguían en curso.

En los primeros días de enero de 2012 Barragán pasó a retiro por haber cumplido la edad límite que marca el...

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