No existen las víctimas

AutorJavier Sicilia

Samir es el rostro emblemático de todas las víctimas sepultadas bajo los caprichos "neoliberales" de AMLO. Debajo del PIM, del Tren Maya, de Dos Bocas, de la expropiación de tierras ejidales para el aeropuerto Felipe Ángeles, se acumulan crímenes irreparables que a pocos importan. Semejante a la lógica del crimen organizado y del "neoliberalismo", en la lógica del poder político, que empantana expedientes e investigaciones criminales, lo que está en juego es el control del territorio y de la gente. Las víctimas son meras externalidades negativas que pagan los familiares. Son meros objetos prescindibles en el juego económico del poder.

La muerte de Samir, y con ella la de decenas de indígenas y activistas asesinados, no le importan a AMLO ni a Sánchez Cordero ni a Encinas ni a Gertz Manero ni a Cuauhtémoc Blanco ni a Uriel Carmona (el procurador de More-los). Tampoco al gobierno federal ni a los gobiernos de Guerrero y de Baja California ni a los partidos que los postulan les importan las mujeres vejadas por Salgado Macedonio y por Hank Rhon, mucho menos las sospechas que pesan sobre ellos por vínculos con el crimen organizado y, en consecuencia, con asesinatos y desapariciones. Por ello, al igual que Samir, Basilia Castañeda -hoy el rostro de todas las mujeres violentadas por el poder- no cuenta. Es una externali-dad negativa más. Incómoda, como en su momento incomodaron Samir o Mariana Sánchez. Pero pronto, cuando deje de ser noticia y la prensa haya devorado la parte de su persona que le corresponde, dejará de existir.

Incluso en aquellos gobernadores, funcionarios o capos señalados, acusados o vinculados a procesos por corrupción, tráfico de drogas, lavado de dinero, asociación delictiva, las víctimas tampoco existen. A ninguno se le relaciona con los asesinatos, los feminicidios, las masacres que acompañan a ese tipo de delitos. Hay un pacto de silencio y de impunidad contra las víctimas.

La lógica del "neoliberalismo" ha transformado a los seres humanos en cosas, en mercancías que como las reses (res es "cosa" en latín) pueden ser destazadas para provecho de las carnicerías y sus consumidores. Su vida es nada.

En este sentido ni AMLO ni la 4T ni Morena se diferencian de Felipe Calderón y el PAN, de Peña Nieto y el PRI ni de cualquier líder de partido. Tampoco se diferencian de los empresarios "neoliberales" que tanto dicen despreciar. El argumento ad nauseam de "no somos iguales" del presidente no hace más que confirmarlo. La necesidad...

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