No es inocente ni es una dama

AutorElisur Arteaga Nava

Me negué, hasta el último momento, es decir hasta que hubo un pronunciamiento oficial, a admitir el plagio. En respeto del principio de presunción de inocencia y por suponer que era una dama, creí en la versión que ella dio. Llegué a pensar que era víctima de un plagio y de una persecución infundada. Me negaba a aceptar que ella fuera una plagiaria. ¡Qué decepción!

¿Qué necesidad había de inventar tantas mentiras? ¿Por qué embarrar a tantos, si sabía que había plagiado su "tesis" profesional? ¿Por qué inventar declaraciones del plagiado y un testimonio notarial supuestamente depositado en el buzón de un domicilio? ¿Para qué comprometer a Claudia Sheinbaum y a Ernestina Godoy en tantas mentiras? ¿Supuso que le hacía un gran servicio a la jefa del Gobierno capitalino al embarcarla en su defensa, sabiendo que no era inocente? Más ahora en que ella necesita mostrarse impoluta.

La señora Sheinbaum, de ser impuesta por AMLO como candidata de Morena a la Presidencia de la República, en los debates que sostenga con sus adversarios irá cuesta arriba con tantos cadáveres que tiene en su clóset: los accidentes no aclarados del Metro, sus enormes gastos de precam-paña, su doble nacionalidad y, ahora, por el apoyo brindado a una falsaria.

¡Qué afán de la señora Esquivel en sostenerse como ministra y de llegar a la presidencia de la Corte, sabiendo que tenía malos antecedentes universitarios! ¿Por qué no pidió licencia o renunció antes de que creciera el escándalo? ¿Supuso que el manto protector de AMLO y de Claudia Sheinbaum la pondría a salvo de los ataques que se le venían? ¿Esperó que todos, absolutamente todos, tendrían un precio? En su intento de no hundirse en el fango, se llevó consigo a Claudia Sheinbaum, Ernestina Godoy y a su directora de tesis.

AMLO pudo haberla propuesto en razón de los vínculos "comerciales" que pudiera tener Morena con José María Riobóo, esposo de ella. Fue él quien la propuso al Senado, sin saber de quién se trataba; quien la promovió para presidenta de la Corte y quien, a pesar de los indicios que había de un posible plagio, la defendió para que llegara a ese cargo.

Ernestina Godoy no se manda sola. Una de dos: ella, antes de que la dependencia a su cargo emitiera el comunicado del lunes 2 de enero que exculpaba a Yasmín, debió haber consultado con su jefa y ésta, por sí o presionada por su jefe AMLO o inducida por la amistad que tiene con Yasmín, dio instrucciones para que se hiciera todo para que apareciera inocente...

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