Nadie se hace ilusiones

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- El escepticismo es total. Ni siquiera el secretario de Estado John Kerry, su principal promotor, parece tener mucha fe en el nuevo proceso de negociaciones entre israelíes y palestinos iniciado el pasado 30 de julio en Washington. El encuentro preliminar entre Tzipi Livni, ministra de Justicia de Israel, y Saeb Erakat, eterno negociador palestino -encabezó la delegación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en los acuerdos de Oslo hace 20 años- fue simbólico. Sólo permitió elaborar el marco para la realización de estas negociaciones -con duración de nueve meses- que eventualmente desembocarán en la creación de un Estado palestino cuya capital sería Jerusalén Oriental. El proceso de negociaciones en sí debe empezar a mediados de este mes, después de la liberación, este martes 13, de un primer grupo de 26 presos palestinos. El gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netan-yahu se comprometió a liberar a 104 detenidos -condición sine qua non de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, para entablar conversaciones-, pero optó por hacerlo de manera paulatina conforme avancen las conversaciones.

En entrevista con la corresponsal, Charles Enderlin, uno de los más agudos especialistas franceses en torno al conflicto palestino-israelí, resume el sentir general acerca del actual proceso de conversaciones: "Cada una de las partes está convencida de que lo máximo que puede ofrecer no corresponde al mínimo que la contraparte puede aceptar, y por lo tanto se lanza en este proceso con el mismo objetivo: no cargar con la responsabilidad de su fracaso".

Desde hace tres años palestinos e israelíes rehusaron sentarse a la mesa de negociaciones. Kerry batalló seis meses para convencerlos y fue necesario hacer grandes promesas.

Para los palestinos el tema de las fronteras de Israel de 1967 es crucial. Exigen que el Estado hebreo las acepte definitivamente, a lo cual se niega Netanyahu. Kerry aseguró a Abbas que logrará hacerlo cambiar de posición.

Por otra parte, el funcionario estadunidense se comprometió con Netanyahu a lograr que los palestinos acepten que Israel es el "Estado del pueblo judío".

Detener de manera definitiva todo el proceso de colonización de los territorios palestinos era una exigencia apremiante de Abbas. Kerry sólo pudo arrancarle a Netanyahu una promesa tácita de congelar el proceso en Cisjordania y Jerusalén Oriental. A cambio, lo obligó a aceptar la liberación de 104 presos palestinos...

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