Multiétnico y desenfrenado, la alegoría del Nápoles

AutorIrene Savio

ROMA.- El centro de Nápoles abunda en excentricidades y contrastes. Cualquier italiano lo sabe. El barullo es constante. El tráfico ciudadano, una experiencia de vértigo. Los motociclistas sin casco, las estruendosas cogorzas (borracheras) nocturnas de nativos y turistas, los sin techo que vagan y revuelven en la basura, los camiones de frutas y verduras que se encallan en las calles y braman con la bocina, la gente que grita: todo es ruidoso, exagerado, pantagruélico.

A cambio, la ciudad proporciona escenas pintorescas y alegres, la gente suele ser muy acogedora, la cocina local enloquece cualquier paladar. Desde hace varios meses, sin embargo, el paisaje urbano de la ciudad ha sufrido modificaciones. Banderas y lazos albicelestes han sido colocados prácticamente en todas las calles, atraviesan edificios y palacios, rodean y decoran estatuas, carteles, restaurantes, bares, tiendas, supermercados. Y junto a ellos también sobresalen decenas de gi-gantografías, láminas y murales de futbolistas diseminados por todos lados.

Retratan a los partenopeos, los jugadores de un equipo joven entrenado por el detallista Luciano Spalletti que está integrado por un conjunto multiétnico capitaneado por el italiano Giovanni Di Lorenzo. Son caras de jugadores que no pertenecen al Olimpo de las mayores potencias futbolísticas; algunos proceden de países que pocos napolitanos podrían encontrar en un mapa.

Se trata del georgiano Jvicha Kvarats-khelia (22 años), el nigeriano Víctor Osi-mhen (24), el mexicano Hirving "El Chucky"

Lozano (27) y el surcoreano Kim Min-jae (26), todos jovencísimos. Desde el jueves 4, después de una temporada en la que se ha mantenido siempre en lo más alto de la tabla, el Ñapóles es el nuevo campeón de Italia y estos muchachos han entrado al salón de las leyendas napolitanas internacionales.

33 años

La ocasión anterior que el Ñapóles ganó el scudetto fue en la temporada 1989-90. El ídolo argentino Diego Armando Maradona era la estrella del club. Ese fue el segundo título de su historia, después el equipo vivió un descenso al infierno con una quiebra económica y la bajada a la Serie C, el equivalente a la tercera división. Con su tercer campeonato en la bolsa, fue vengado el honor herido de aquella máquina de éxitos que había sido el club años atrás. Y la ciudad, como se esperaba, enloqueció.

La Liga del calcio se resolvió con un empate 1-1 del Ñapóles frente al Udine-se, cinco jornadas antes del final de la Serie A y con cifras de...

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