Muera el mal gobierno

AutorHéctor Tajonar

La historia de México no ha desembocado en una gobernanza de calidad que garantice las libertades, la seguridad y los derechos de la población a niveles de vida dignos, educación y servicios de salud de calidad, con crecimiento económico sostenido, creación de empleos formales bien remunerados y la igualdad ante la ley bajo la égida del estado de derecho.

¿Por qué no hemos podido alcanzar un nivel satisfactorio en la calidad del gobierno después de dos siglos como nación independiente? Tomemos como referencia una investigación para evaluar la calidad de la gobernanza en más de 200 países realizada por el Banco Mundial (BM) desde 1996, enfocada en seis áreas: 1. Libertad electoral, de expresión y rendición de cuentas. 2. Estabilidad política y ausencia de violencia. 3. Eficacia gubernamental. 4. Calidad regulatoria. 5. Imperio de la ley. 6. Control de la corrupción.

En relación con las libertades electorales, es indudable que ha habido avances institucionales, como la creación de un instituto y un tribunal electoral autónomos que han permitido la realización de procesos comiciales libres y el surgimiento del pluralismo político. No obstante, estamos lejos de alcanzar la integridad electoral, debido a la recurrencia de irregularidades como rebasar los topes de gastos de campaña, la compra del voto, la presencia de dinero ilegal en las campañas políticas, así como la compra ilegal de tiempo y espacio en los medios de comunicación, entre otras trampas y corruptelas que quedan impunes a pesar de la existencia de leyes e instituciones creadas para evitar y sancionar dichos delitos.

El caso de la libertad de expresión es similar. Hoy existe mayor libertad de prensa que en el siglo pasado, pero tanto a nivel federal como estatal prevalecen muchos de los vicios del antiguo régimen, basados en el trueque de apoyo y sumisión periodística a cambio de prebendas gubernamentales en dinero y especie. Más grave aún es utilizar el poder del Estado para "castigar" de manera vil y subrepticia a los medios y periodistas críticos.

En el ámbito de la transparencia y rendición de cuentas, los avances jurídicos e institucionales tampoco han acabado con la opacidad y los abusos, como lo ilustran de manera oprobiosa los casos de los gobernadores Javier y César Duarte, de Veracruz y Chihuahua, respectivamente; Roberto Borge, de Quintana Roo; así como el emblemático caso del coahuilense Humberto Moreira, el gran protegido del gobierno actual.

Baluarte del antiguo...

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