Fabricó muebles con piel humana

AutorKaty Díaz

Ed Gein no fue un asesino en serie, pero sí un asesino en serio.

Este hombre, originario de Wisconsin, es quien ha inspirado macabros personajes como "Norman Bates" (Psicosis), "Leatherface" (Masacre en Texas) y "Buffalo Bill" (El Silencio de los Inocentes). Sus víctimas no fueron muchas, pero las atrocidades que hizo con sus cuerpos llamaron la atención del mundo entero.

Ed nació el 27 de agosto de 1906 en La Crosse County, Wisconsin, y sus padres fueron George Gein y Augusta Lehrke. Ed tenía un hermano mayor llamado Henry. La familia vivía en una granja aislada, pues Augusta no quería que sus hijos recibieran malas influencias de los habitantes del pueblo, a quienes consideraba pervertidos.

Augusta, una mujer dominante y fanática luterana, acostumbraba ningunear a su alcohólico marido, y a sus hijos les hizo creer que todas las mujeres del lugar, a excepción de ella, eran pecadoras.

Ed era un niño introvertido, afeminado y debilucho que creía todo lo que su madre le decía. Ayudaba a sus padres en las labores de la granja, pero en su tiempo libre le gustaba leer libros fantásticos y de terror.

Su hermano Henry era todo lo contrario: él no estaba de acuerdo con las enseñanzas de Augusta y tenía fuertes altercados con ella. A Ed le molestaba que su hermano se burlara de su madre.

En 1944, después de cuatro años de la muerte de su padre, Henry murió en un extraño incendio. En esa ocasión, Ed guió a la Policía al lugar exacto donde había fallecido su hermano.

Al año siguiente murió Augusta y Ed se quedó muy deprimido y aislado. Su mundo giraba alrededor de su madre y ahora ella ya no estaba. Luego de recuperarse, continuó ofreciendo sus servicios como carpintero y granjero.

También le encontró gusto a los libros de anatomía humana y, repentinamente, se interesó por la sección de esquelas en los diarios.

Ocupó su tiempo libre con una afición macabra: empezó a robar del cementerio cadáveres de mujeres para crear objetos con piel humana. Redecoró su casa con lámparas cuyas pantallas eran de piel y también tenía sillas recién tapizadas.

Había cráneos que usaba como tazones y en su refrigerador guardaba cabezas mutiladas. En pequeñas cajas coleccionaba narices, orejas y pezones. Y en su armario tenía un traje de mujer, pero no de falda y saco...

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