Monterrey: ¿sede cardenalícea?

AutorVicente Guerrero

Hoy que el Cardenal Adolfo Suárez Rivera pase la estafeta de la Iglesia católica en Monterrey a Monseñor Francisco Robles Ortega, ¿dejará la Ciudad de ser sede cardenalicia? En sentido estricto, el Derecho Canónico, conjunto de leyes que rigen a la Iglesia católica, no establece el término "sede cardenalicia".

Y es que cuando un Obispo o Arzobispo es nombrado Cardenal por el Papa, lo que se está reconociendo son los méritos personales y no a la Diócesis de la cual procede, afirma Monseñor Emigdio Villarreal Bacco, integrante del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Monterrey y experto en Derecho Canónico.

En el caso de Suárez Rivera, quien ahora será Arzobispo Emérito, conservará de manera vitalicia su puesto en el Colegio Cardenalicio, aunque dentro de cuatro años, cuando cumpla los 80, ya no podría votar en la elección de un nuevo Pontífice.

"El Papa podría nombrar (otro Cardenal para Monterrey), pero podría no hacerlo. Va a depender de los méritos y reconocimientos a que se ha hecho acreedor el titular de la Diócesis. El que esté en una Diócesis donde hay un Cardenal, no le da derecho al sucesor del Obispo o Arzobispo de ser nombrado igualmente", explica Villarreal Bacco.

El canon 351 del Derecho Canónico estipula la forma en que los prelados deben ser tomados en cuenta para obtener el título de Cardenal.

"Para ser promovidos a Cardenales, el Romano Pontífice elige libremente entre aquellos varones que hayan recibido al menos el presbiterado y que destaquen notablemente por su doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión de asuntos; pero los que aún no son Obispos deben recibir la consagración episcopal", expone esta ley eclesial.

Los Cardenales son creados por decreto del Papa que se hace público en presencia del Colegio Cardenalicio; a partir del momento de la publicación, tienen los deberes y derechos determinados por la ley.

¿Tradición que obliga?

En México, la tradición que se ha seguido en las sedes donde reside un Cardenal es que al sucesor del Arzobispo, que deja el cargo por edad o fallecimiento, se le agrega al Colegio Cardenalicio.

En la actualidad hay cuatro Cardenales en el país: el de la Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México; Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara; y Adolfo Suárez Rivera, quien funge como Administrador Apostólico hasta hoy, cuando tome posesión Robles Ortega de la Arquidiócesis regiomontana.

El cuarto es el Cardenal Ernesto Corripio Ahumada...

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