El milagro económico italiano de la mano de Draghi

AutorIrene Savio

ROMA.- La Estación de Milán Central se eleva como una defensa marmórea de la capital financiera de Italia. A sus costados, dos caballos alados coronan el edificio con el mensaje de que "el progreso es guiado por la voluntad y la inteligencia". Es temprano en la mañana, y la ciudad ya está en plena ebullición. Al entrar en el edificio, los empleados checan el pase covid que certifica que uno ha sido vacunado o ha pasado por la enfermedad.

En esta estación, construida en 1931 en su forma actual, comienza la línea ferroviaria de alta velocidad hasta París. Son unos 800 kilómetros, que ahora el tren bala recorre en apenas siete horas, emitiendo menos gases contaminantes y generando un menor impacto medioambiental. En plena pandemia este último prodigio de los transportes modernos fue inaugurado hace pocos días, el pasado 18 de diciembre.

Italia solía ser considerada la última de clase, una especie de niña rebelde e indisciplinada del bloque, entre los grandes países socios de la Unión Europea (UE).

Luego llegó Mario Draghi.

Durante años, el crecimiento de la economía italiana fue prácticamente nulo, el protagonismo internacional de Roma se mantuvo escaso y las posturas de sus gobiernos provocaban a menudo más preocupación que alivio en Bruselas; tanto que alguno incluso llegó a especular que Italia podía salir de la UE.

Ahora este hombre tan famoso, exjefe del Banco Central Europeo, que se ganó el apodo de Super Mario, que nunca grita, es discreto y extremadamente educado, que se ha encontrado con todos los líderes más importante del planeta, habla por teléfono con Vladimir Putin, y recibe elogios de Emmanuel Macron, Joe Biden y Olaf Scholz, ha cambiado vertiginosamente la imagen de su país.

La razón es que, en los 10 meses que Draghi lleva como jefe del Gobierno de Italia (asumió el 13 de febrero último) la economía italiana dio un giro que ni los analistas internacionales más optimistas se esperaban, después de la gran recesión económica en 2020, cuando el producto interno bruto (PIB) italiano cayó 8.9%, acentuando también los problemas estructurales -entre ellos, su lentísima justicia y su anquilosada burocracia- que Italia arrastra desde hace décadas.

Han sido las previsiones difundidas en las últimas semanas las que revelaron que el aumento del PIB del país de este año es mucho mayor que el esperado.

Según los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que son similares a los del Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) y a las...

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