Con Miguel Ángel

(Para uso exclusivo de medios impresos)Gerardo Unzueta(Periodista)EL UNIVERSALA ti, Miguel Ángel, que supiste despedirte evocando las formas de hacer que renazca la vida, que supiste anunciar ésta es la última vez que nos encontramos, diciéndonos sin explicarlo que no contaríamos más con tu "Plaza Pública", en la cual cada día encontrábamos un arca de sapiencia política, agudeza social, profundidad teórica y actitud valerosa... A ti se han dedicado, ayer y seguramente durante muchos tiempos, evaluaciones apenas justicieras en torno a la ejemplar labor que sostuviste hasta el último día de tu vida.No quiero recaer en una crónica de aquello con lo que consideraste "cumplir" tu deber. Podrán hacerlo quienes cerca de ti tienen la capacidad de contigo decir: es deseable que el espíritu impulse la música y otras artes y ciencias... (y) permitan a nuestro país escapar de la pudrición que no es destino inexorable.Pero sí quiero conjugar contigo un patrimonio tuyo y mío: el discurso del 19 de enero del 2006 en el Salón Verde de la Cámara, y su antecedente, 15 días antes, cuando te invité a ser orador en el acto conmemorativo de mis 60 años de militancia política. -Es la primera invitación que se me hace para participar como orador. Y te voy a decir, Gerardo, que si no has llamado para saber mi disposición, yo lo habría propuesto a los organizadores. Participaré sin falta.Tuvimos todavía algunas angustias en tu espera, y debimos iniciar sin tu presencia. "Me perdí -explicaste- por no conocer la "geografía" de esta Cámara..." Lourdes Galaz, conductora del acto, saludó tu presencia con satisfacción y alivio; casi de inmediato te dio la palabra.Fueron 22 minutos de discurso. Oímos una intervención consistente y profunda, a la vez que generosa. No intento una síntesis, sino dibujar su imagen. Tus primeras palabras fueron la ayuda decisiva: "Es obvio, tratándose de Gerardo Unzueta, que hay muchos puntos de mira como se puede abordar y reflexionar sobre su vida".Los primeros rasgos: el militante comunista debió pagar un alto precio por la adhesión a sus ideas frente a una dictadura descarnada. Las acusaciones y persecución que se hacían contra los militantes estaban plenas de arbitrariedad y torpeza; con ellas se encarceló y sentenció a Unzueta a ocho años de prisión.Y luego, cuando su partido optó por la vía parlamentaria...

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