Migrar para sobrevivir. Una larga y penosa travesía levantina

AutorCarlos Martínez Assad

Los libaneses llegaron a México desde el último cuarto del siglo XIX con la identidad de los pueblos cristianos de Monte Líbano, la montaña que ubicaron en la que llamaron la Turquía asiática, en los inmensos territorios del Imperio Otomano. Habían nacido bajo el régimen del Moutassarifiah, creado luego de la guerra en la montaña, que hizo intervenir a Francia en defensa de los maronitas en 1861. Los que llegaron eran nacionales sin tener una nación; es decir, tenían un sentido de la identidad libanesa sin haber pasado por una modernización que les permitiera ser parte de algo semejante a los países constituidos. Llegaron como turcos; las definiciones políticas europeas los hicieron sirio-libaneses después de la Gran Guerra, cuando las potencias impusieron sus mandatos. Se asumieron como libaneses en la década de 1920, para ser árabes cuando, en 1945, se conformó la Liga Árabe, y Líbano -que acababa de proclamar su independencia en 1943- se encontró entre los primeros Estados que la suscribieron. Las formas identitarias de los inmigrantes se transformaron junto con la historia de México y los acontecimientos en Medio Oriente, hasta reconocerse mexicano-libaneses.

Después de los reacomodos territoriales que pusieron fin al Imperio Otomano, los inmigrantes que ya estaban fuera o continuaban saliendo, como es natural, se enfrentaron con dificultades para entender y definir su procedencia cuando iniciaron su periplo hacia América. Cuando llegaron a México sólo sabían que su pasaporte, cuando lo tenían, o algún otro papel oficial, les daban la nacionalidad turca. Por lo general su referencia eran los pequeños poblados, de allí probablemente la designación del bled -el terroir, en francés- para referirse al terruño...

Los inmigrantes procedentes de Monte Líbano se identificaron como cristiano maronitas, ese "pueblo aparte en todo el Medio Oriente, como lo definieron los viajeros franceses de Volney a Lamartine y Nerval. Y fue frecuente escuchar, como lo hizo el padre Daoud Assad al llegar a México, que venía de "Monte Líbano", el país de los "maronitas", al que también llamó la "nación maronita"...

Así, la comunidad maronita fue la primera en organizarse en México porque los libaneses cristianos fueron pronto la mayor pare de los inmigrantes del Medio Oriente que llegaron aquí. Venían principalmente de Monte Líbano porque, de acuerdo con las estadísticas de los primeros informantes, 563 registraron allí su residencia; otros mencionaron más específicamente sus poblados; 535 se dijeron procedentes de Beirut, que lo indicaron no por tener allí su residencia sino por haber salido de ese puerto; de Hasroun procedieron 505 personas; deJael (Biblos) 211; de Zgharta 113, y...

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