Microguerra mundial: el tablero del caos

AutorTémoris Grecko

La mañana del pasado 31 de agosto, los sirios escucharon que la "tregua holgada", que había anunciado Estados Unidos el día anterior, era desmentida nada menos que por uno de sus aliados: "La república turca es un Estado soberano y legítimo", sentenció Omer Celik, ministro turco para las Relaciones con la Unión Europea. "Nadie puede decir que (Turquía) llegó a acuerdos con terroristas", agregó.

Esos "terroristas" no son los enemigos comunes de Washington y Ankara: el gobierno sirio y el Estado Islámico (EI). Se trata, por el contrario, de otros aliados clave para la estrategia estadunidense en la región: las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), encabezadas por las milicias kurdas delYPG (Unidades de Protección Popular).

Una semana antes, el 24 de agosto, fuerzas terrestres turcas entraron masivamente en territorio sirio por primera vez desde el inicio del conflicto, en 2011. Las cifras no han sido dadas a conocer, pero las estimaciones rondan entre 20 y 30 tanques, acompañados de algunos cientos de soldados de infantería. Su objetivo formal era arrancarles la ciudad fronteriza de Jarablus a las tropas del EI. Pero se siguieron de frente y pronto estaban combatiendo contra unidades kurdas de las FDS, que también habían ido a pelear contra los islamistas.

Al paso de los días, el gobierno turco aclaró que su meta es forzarlas a retirarse hasta arrojarlas al lado oriental del río Éufrates. Por ahora.

Para Washington, que ha insistido en que estos enfrentamientos son "inaceptables", es un descalabro: la añeja y profunda enemistad entre turcos y kurdos, que ya peleaban duramente en Turquía, se ha trasladado definitivamente al sur de la frontera, donde ambos bandos son sus aliados y Barack Obama desearía que, si no cooperan entre sí, por lo menos evitaran agredirse.

Las cosas son bastante peores que eso, sin embargo, y estos nuevos hechos consolidan lo que podría ser una nueva fase, más aguda, de la conflagración siria: si se inició como una insurrección popular brutalmente reprimida, que después se convirtió en guerra civil y más adelante en lo que en inglés se llama guerra por proxies (por interpó-sitos: las potencias no se enfrentan directamente sino en territorio extranjero y a través de las fuerzas locales a las que apoyan); ahora, Turquía se suma a Irán, Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia como potencias que, más allá de los aviones, han colocado tropas en el terreno que generan el peligro de que terminen enfrentándose unas con otras en una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR