México: ¿hacia un sistema de gobierno parlamentario?
| Autor | Roy González Padilla |
| Páginas | 31-33 |
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La esencia del derecho en la búsqueda de la virtud
México: ¿Hacia un sistema de
gobierno parlamentario?
Roy González Padilla.
Reflexionando sobre la entonces creciente preocupación
por parte de algunos sectores de la sociedad me xicana, hace
algunos años el Dr. Jorge Carpizo opinó so bre la creciente
inquietud respecto si de nuestro actual sistema presidencial
deberíamos transitar a uno parlamentario1.
Dicha observación pareciera, en estos momentos, cuando
el país se ha venido configurando de manera tal que los di-
versos actores políticos han ido permitiendo que el presente
sistema presidencial funcione de forma ordenada, al menos
estructuralmente, algo superada. Sin embargo, obedeci endo
a los criterios observados por el Dr. Carpi zo hemos de dis-
tinguir diferencias esenciales en la actual configuración del
sistema p olítico2, a s aber: a) El equilibrio de poderes ya no
se ha inclinado a favor del Ejecutivo; b) el Poder Legislativo
ahora, como nunca antes se había observado, ha hecho uso
de sus facultades constitucionales , sobre todo en lo que se
refiere a la discusión amplia de los temas primordiales de la
agenda política; c) si bien el Presidente de la República, por
la propia constitución del sistema presidencial, es per genus
et differentiam la columna vertebral del sistema político, son
menos cada vez las atribuciones metaconstitucionales que
aquel realiza; d) los pesos y contrapesos constitucionales co-
mienzan a operar con mayor eficacia y eficiencia; y e) las li-
bertades y derechos de los mexic anos ya no han quedado ni
ocasionalmente a la discreción del Poder Ejecutivo.
La razón principal que llevó al jurista a identificar estos proble-
mas es en primer punto para diferenciarlos y, en segundo, solu-
cionar la hipótesis sugerida: “¿Es posible que resolvamos esos y
otros problemas con un cambio al sistema parlamentario?”
Ahora bien, es posible que basten las divergencias antes en-
listadas para conducirnos hacia una prematura conclusión, sin
embargo habría que detenernos en cada una para reflexionar
sobre las mismas.
Bastaría un simple vistazo a la conformación de los grupos
parlamentarios, tanto en el Senado de la República como en
la Cámara de Diputa dos, para observar que, al contrario de
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