México, paraíso de las empresas israelíes de ciberespionaje

AutorMathieu Tourliere

El pasado lunes 7 la publicación en el portal de Proceso de una fotografía de Tomás Zerón de Lucio presuntamente tomada en fechas recientes en Israel colocó de nuevo el tema del espionaje ilegal en el debate público y revivió la exigencia de que la Fiscalía General de la República (FGR) esclarezca cómo el gobierno de Enrique Peña Nieto utilizó tecnologías intrusivas para espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos.

La fotografía del oscuro exdirector de la Agencia de Investigación Criminal y de la Comisión Nacional de Seguridad se mueve en el pequeño círculo de la industria de las tecnologías de espionaje de Israel, que en la última década y media aprovechó la sed de espionaje de los gobiernos federal y estatales en México y vendió su material al por mayor, de manera opaca y a veces al borde de la ilegalidad.

La imagen, obtenida por este semanario y los otros 24 medios de 18 países que participaron en The Cartel Project -una investigación periodística internacional coordinada por el consorcio Forbidden Stories-, evidencia que Zerón pudo viajar a Israel en plena pandemia gracias a los contactos que tejió cuando se convirtió en el principal protagonista del mercado del ciberespionaje en el país.

Antes de que Zerón jugara ese papel, el no menos oscuro Genaro García Luna -otrora titular de la Secretaría de Seguridad Pública y hombre de todas las confianzas del expresidente Felipe Calderón Hinojosa- se embolsó decenas de millones de dólares con su socio y presunto prestanombres Samuel Weinberg, entonces enlace de empresas israelíes en México. García Luna está en espera de su juicio en Estados Unidos, donde está acusado de trabajar para el Cártel de Si-naloa a cambio de sobornos millonarios.

Zerón estuvo en el centro del escándalo conocido como #GobiernoEspía, que evidenció cómo agencias de gobierno, ya sea la extinta Procuraduría General de la República (PGR), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) o la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), trataron de colocar el spyware Pegasus en los celulares de al menos 10 periodistas -entre ellos Jorge Carrasco Araizaga, actual director de Proceso- y activistas.

El número telefónico que en junio de 2016 mandó un mensaje de texto maligno a Carrasco-entonces reportero de este semanario- es idéntico al que trató de infectar los teléfonos de la periodista Carmen Aristegui y de su hijo, por las mismas fechas.

"Gresca" por el mercado mexicano

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